¿Ya te vas preparando para los viajes espaciales?
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Parece increíble pero es cierto, de hecho, no te pierdas el vídeo si eres hombre de poca fe. Tras tres años de experimentos dirigidos por el astronauta francés Jean-François Clervoy, el experto especializado en la físioquímica de la efervescencia del champagne, y su equipo, consiguieron transformar la experiencia de consumo en una espuma que se aspira y se convierte en líquido entre el paladar y la lengua, creando sensaciones gustativas inesperadas como la intensificación del sabor de la uva. Por fuera, vidrio, aluminio aeronáutico y acero inoxidable rematan el diseño de alta tecnología de la botella que, gracias a una doble cavidad, consigue reproducir el ritual de la degustación.