The Thinking Room
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Resulta que comparto el estudio de diseño de mi amigo Alfonso Merry, y mi espacio es lo que el llama el “Thinking Room”.
Son muchas personas las cuales al regreso de las vacaciones de verano, dan un importante giro a sus vidas, profesional , personalmente, o como mínimo, venimos con un saco cargado de buenas intenciones, ¿a que es debido todo esto?
Para innovar y crear, posiblemente la mejor inversión de tu tiempo es cuando dejas de solo “hacer”, actividad física o “sentir”, actividad emocional y te centras más en “pensar”, actividad racional.
Respondete a esta pregunta, ¿cuánto tiempo de tu vida dedicas a “hacer”, a “sentir” o a “pensar”?
En el difícil equilibrio de las tres partes esta la solución y las respuesta a muchos de nuestros interrogantes.
Desde mi Thinking Room, me he propuesto este año hacer honor a su nombre y como solemos hacer a veces únicamente en verano, dedicar un tiempo y un espacio en la empresa donde diariamente podamos exclusivamente “pensar”, para encontrar ese «dificil equilibrio» que haga que cada evento salga con el mayor sello de originalidad posible, hacer realidad nuevos retos, nuevas ideas o mejorar las ya establecidas.