ROI – second coming?
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Como con muchos cambios, el ROI -que había surgido como un Santo Graal hace unos años- tarda en hacerse realidad. Mucho buzz, pero nadie sabía cómo tratar este tema de ROI, y llegó la desilusión. «Las emociones no se pueden medir» podría resumir la reacción más común. Y los casos concretos de eventos que se miden siguen siendo muy limitados.
La semana pasada, hicimos dos encuentros con agencias y clientes corporativos como parte de las actividades del Club eventoplus. Y es impresionante ver la discrepancia entre clientes corporativos y agencias. Un aspecto en común es que nadie todavía sabe cómo medir el impacto de los eventos (porque ya no se trata de un estricto ROI financiero sino de medir qué ha conseguido el evento, de ir más allá de la encuesta de satisfacción). Pero si los clientes dicen «no tengo elección, tengo que poder decir algo a mis directivos sobre el impacto de los eventos», las agencias suelen seguir con la idea de que los eventos no se miden.
Nada sorprendente aquí: fue exactamente una de las conclusiones de nuestro último estudio de mercado: los clientes ponen el ROI a la cabeza de las cosas a implementar, las agencias lo ponen a la cola. Discrepancia total. Para el buen funcionamiento de nuestro sector, es urgente concretar lo que es el ROI, y acercar posiciones.