El Palacio de Congresos de València quiere alcanzar la sostenibilidad alimentaria

Colaborar entre las partes implicadas del evento es clave para obtener datos del desperdicio

Implicar a distintas áreas de conocimiento es básico para obtener los datos que permiten tomar decisiones para cambiar las cosas, en este caso, la reducción del desperdicio alimentario en los eventos. Con este objetivo diseñaron una metodología basada en breves encuestas al final de la comida de un evento, por un lado, y en la recogida de las sobras de alimentos para cuantificar qué se está desperdiciando. “Los comensales sienten curiosidad y cuando se lo explicas se implican, se conciencian y se produce un cambio de actitud” (FLA-UV). Y también en la cocina: “La toma de datos los vuelve creativos, surgen nuevas ideas, por ejemplo, a la hora de ajustar cantidades” (Gourmet Catering).

No solo reducir el desperdicio de alimentos, sino también conseguir menús más sostenibles

El Palacio de Congresos junto con Gourmet Catering ya están ofreciendo menús basados en una alimentación más sostenible adaptados a los requerimientos de los organizadores de los eventos. Para evitar que el precio influya en la decisión, desde el catering se trabaja para crear menús sostenibles y saludables que no impliquen una diferencia de precio respecto a otro tipo de ofertas. Una de las claves en este sentido es la colaboración con los productores locales que les permite utilizar productos de proximidad y de temporada, aprovechando la riqueza de la huerta valenciana y reduciendo la huella de CO2.

Donación de alimentos segura

Finalmente, para reducir el desperdicio alimentario están poniendo en marcha un proyecto de donación de productos sostenibles en el que se medirá en un próximo evento qué comida queda en las neveras, que será empaquetada y donada al Banco de Alimentos. Para garantizar la seguridad alimentaria de la donación se utilizará la tecnología blockchain que permite asegurar una trazabilidad absoluta.  Con este objetivo, Gourmet Catering trabaja con la start-up valenciana Naria, que ha implementado la plataforma para medir el desperdicio y garantizar el aprovechamiento de esos productos.