Método Helmer aplica la filosofía slow al marketing
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Así pues se mima el tiempo que se dedica en una primera fase a pensar, tomar el pulso a la realidad y decidir; para en una segunda etapa, actuar, y con rapidez, con lo que no se dilatan los procesos de producción y ejecución de las campañas. Inspirándose en el proceso de trabajo de disciplinas artesanales, la agencia afirma que la clave está en no dejarse llevar por la urgencia y sí por lo relevante, dedicándole paciencia y minuciosidad.
El proceso se basa en macerar la información, investigar el contexto, pensar en alternativas y, a continuación, planificar, diseñar, producir, implementar y comunicar todo con rapidez y en plazos. La metodología invierte tiempo al comienzo para ganarlo más tarde gracias a una estrategia consistente y duradera.