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Los macrofestivales tienen un problema con la movilidad responsable

Los macrofestivales tienen un problema con la movilidad responsable

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Cristina Munoz
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La movilidad de los miles de asistentes a los macrofestivales comienza a ser un gran dolor de cabeza para los destinos, los recintos y los organizadores. El diario El País daba la noticia ayer de la suspensión del Reggaeton Beach Festival a tres días de comienzo del evento por problemas de seguridad y evacuación de los asistentes. El Reggaeton Beach Festival estaba previsto realizarse en el Iberdrola Music, el mismo recinto donde se celebró hace unos días el Mad Cool y el concierto de Harry Styles, ambos eventos muy polémicos por los problemas de movilidad y quejas de los vecinos. Esta misma mañana Reggaeton Beach Festival ha hecho un comunicado oficial en el que afirma mantener la fecha del show y pide pensar en los casi 40.000 espectadores que ya tienen su entrada y que están cubiertos con un plan suficiente de transporte y seguridad.

Recientemente hablábamos con Eduardo Vieitez, ceo de Creast (que asesora a empresas y profesionales del sector del entrenamiento en impacto medioambiental) sobre el reto de la movilidad de los macrofestivales en torno a los últimos conciertos de Coldplay en Barcelona. Pero la movilidad de miles de personas en el corto tiempo que suele durar un concierto o un festival no solo es insostenible muchas veces desde el punto de vista medioambiental, sino también por la seguridad de los propios asistentes y por el impacto en la población del destino donde se realiza.

Plan de seguridad insuficiente cuando se esperan 40.000 personas

“No se garantizan las condiciones de seguridad ni de evacuación adecuadas para un evento de estas características”, afirma el Ayuntamiento de Madrid en un comunicado según la noticia del El País. El solar, ubicado en el distrito de Villaverde, fue el escenario de las colas kilométricas a la entrada bajo el sol y el caos a la salida, ya que el dispositivo de movilidad no fue suficiente para las 70.000 personas que acogían cada día el Mad Cool y el concierto de Harry Styles. Para el Reggaeton Beach Festival, que se celebraba el 22 y el 23 de julio, se esperaban cerca de 40.000 personas. Habían agotado hasta ahora el 99% de las entradas.

A los conflictivos precedentes en el Mad Cool y el concierto de Harry Styles en torno a la seguridad de las personas recogidos en diversos informes policiales, se suma el deficiente plan de movilidad que ha presentado el organizador este miércoles: “Además, el cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, que supervisa con anterioridad el evento, ha emitido un informe desfavorable a la misma. Tampoco cuentan con autorización para la superación de los decibelios máximos establecidos en la ordenanza de ruido”, según el comunicado. Un hecho recurrente en la organización de este festival que también vio denegado por el ayuntamiento de La Laguna, en Tenerife, el permiso para hacer el festival en la ciudad del 1 al 2 de julio por el mismo motivo.

Recientemente Mahou San Miguel adquirió, el 51% de Mad Cool Events, sociedad que gestiona el recinto de 190.000 m2 en Villaverde, que ha sido polémico en el vecindario desde el primer momento, precisamente por las dos cuestiones por las que se anula ahora el Reggaeton Beach Festival: la movilidad y la seguridad. El Mad Cool llegó a crear colas de dos horas que llegaron hasta la colonia Marconi (como días antes del festival habían predicho los vecinos), colapsó la M-45 y la movilidad de Getafe, cuyas primeras viviendas estaban a 300m del recinto. Mad Cool Events no ha emitido todavía ningún comunicado al respecto.

La movilidad responsable, el reto de un sector que dejó más de 450 millones de euros en 2022

Los festivales no solo tienen un impacto positivo en el turismo, sino que también generan importantes beneficios económicos a nivel local y nacional. Los festivales de música crean empleos temporales y permanentes, y generan ingresos en la industria de la hostelería, el transporte de las ciudades que los acogen. Según el Anuario de la Música en Directo, presentado por la Asociación de Promotores Musicales (APM), en 2022 la industria de la música en directo rompió un récord histórico de facturación en venta de entradas con 459,2 millones de euros. Según la asociación de turismo musical en España, la península es el primer destino del mundo en turismo de festivales musicales, sector que ha crecido de manera anual un 70% desde la pandemia.

Posiblemente sea el momento de pararse a reflexionar sobre un modelo de crecimiento del sector que se inclina a formatos cada vez más insostenibles: macroeventos masivos y concentrados estacionalmente. Un problema del que son cada vez más conscientes algunos festivales, como el Cruïlla, que colaboran con Renfe y medios locales de transporte como el TRAM y Moventis, y limitaron el aforo del Parc del Fòrum a un máximo de 25.000 asistentes diarios para reducir la presión sobre su entorno. Rototom es otro festival que pone especial énfasis en la seguridad de su público.

Por otra parte, el propio público comienza a estar harto de vivir una experiencia cada vez más alejada del ideal de los viejos festivales tras sufrir para acceder a los recintos, para salir de ellos y por las largas colas durante el evento. Recordemos que el Primavera Sound fue más criticado por los problemas de movilidad que por la cancelación de los conciertos el primer día del festival por la lluvia. A la Ciudad del Rock acudieron 40.000 personas por día con un recorrido de más de 50 minutos en autobús desde el Cívitas Metropolitano, y con más de dos horas dentro de las casi cien lanzadoras gratuitas que se pusieron a disposición del público desde las tres de la tarde hasta la medianoche. Y el reto de la vuelta, que convirtió el recinto en un verdadero aparcamiento de taxis, que, tras un acuerdo con la organización, cobraron entre 55 y 65 euros el trayecto. Los que quisieron ir en su propio vehículo debieron precontratarlo con el festival en un espacio apto solo para 5.000 plazas.

Actualización 22/07/2023:

Ayer la organización del Primavera Sound declaró que no volverá a celebrarse en Arganda del Rey (Madrid) por problemas con el recinto en la edición pasada, no solamente por los graves problemas de estructura ante la lluvia que obligó a cancelar la primera jornada del festival, sino también por un grave problema de movilidad de tantos miles de personas. La larga espera de a veces hasta tres horas de la gente para coger los buses lanzaderas (muchos prefirieron bajarse e ir andando hasta el recinto a pesar del calor), además de los atascos, han sido razones de peso para que el Primavera Sound no se plantee repetir en Madrid, descartando incluso realizarlo en recintos como Ifema o el espacio Mad Cool, para centrarse en Barcelona.

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