Llega a Madrid Le Diner en Blanc
Compartir noticia
Escuchar
‘Le Dîner en Blanc’ comenzó en Paris en 1988. Cuando François Pasquier regresando de un largo viaje en el extranjero, tuvo la idea de reunirse con amistades para un picnic. Debido a que la cantidad de invitados creció, decidió hacer dicho picnic en un lugar público e informar a todos sus invitados que se vistieran de blanco para así reconocerse fácilmente. En el 2009, se celebró por primera vez el evento fuera de París: se llevó a cabo en Montreal, Canadá, seguido por Nueva York en el 2011. Tras su éxito en Nueva York, se creó Diner en Blanc International para traer el secreto parisino a más ciudades alrededor del mundo. Actualmente el evento se celebra en cerca de 80 ciudades, en 30 países con cerca de 120.000 participantes anuales.
Madrid será el anfitrión de su propio ‘Le Dîner en Blanc’. Se hace gracias a los anfitriones locales Tetyana Rybalka, Carlos Granda y Raúl de Gregorio de la agencia Conventia. “Le Dîner en Blanc captura el espíritu de amistad, glamour y la elegancia europea”, comenta Carlos. “Nos encanta la historia detrás de dicho evento y la anticipación que crea Le Dîner en Blanc alrededor del mundo. Estamos emocionados de poder traer un pedacito de Europa a Madrid y de añadir la chispa madrileña a Dîner en Blanc”, nos señala Raúl.
El misterio del espacio y la ubicación. Fiel a la costumbre de Le Dîner en Blanc, la localización permanecerá secreta hasta el último momento… Los invitados en cambio serán informados de un punto de encuentro cuando se registren en la página y compren sus entradas. Tetyana señala que, “parte de la diversión de Le Dîner en Blanc es el misterio de su localización y tratar de descifrar donde será llevado a cabo el evento año tras año.” Una vez en el punto de encuentro, los invitados serán transportados a algún espacio público e icónico de Madrid con sus suministros “pop up” para el evento y picnic más glamoroso de la temporada.
Conexión en blanco. Miles de personas vestidas de blanco se reunirán para disfrutar de una cena con mucho glamour en una ubicación que desconocen. Como curiosidad, los invitados tienen que llevar su propia mesa, sillas, catering y bebida (únicamente se permite champán y vino), bajo una rigurosa e impecable estética que aporte elegancia al evento.