LA ILUSIÓN EN EL MUNDO DE LOS EVENTOS NO TIENE EDAD

Ya he comentado en varias ocasiones mi edad, 47 años, a las puertas de los 50… Posiblemente esto me está haciendo ser más reflexivo que nunca, y me está ayudando a aceptar el embarcarme en los proyectos más retadores de mi vida profesional; ya van unos cuantos…

En estos momentos os escribo desde Río de Janeiro donde me he desplazado (voy a estar en Río casi un año) para colaborar en la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, en la gestión de los Voluntarios; estamos hablando posiblemente de más de 70.000 jóvenes.

Llevo aquí desde el 15 de septiembre y qué queráis que os diga ¡la ilusión en el mundo de los eventos no tiene edad! Cada día me encuentro más joven. En todos los sentidos está siendo como una segunda juventud: planificar, entusiasmarse, reflexionar, dar todo aquello que has aprendido durante todos estos años a la juventud y a un evento de esta magnitud… esta experiencia no tiene precio.

Posiblemente si no hubiera superado miedos, barreras que uno mismo se pone, cuando me ofrecieron esta colaboración, hubiera dicho que ‘no’, que cómo iba a desplazarme un año fuera de España, que cómo iba a dejar tantas cosas que me atan, que cómo… el desprendimiento de todo esto está siendo el mayor regalo para libremente aceptar nuevas ideas.

Y por cierto, lo que más me está motivando, es ¡el diariamente aprender cosas nuevas!: nuevas formas de pensar, incluso un nuevo idioma… el sentirme con la capacidad de que me queda mucho por aprender, que siempre hay un amplísimo margen de mejora personal y profesional.

Un fuerte abrazo para todos desde Río; animaros a buscar esa ilusión en los retos donde más puedan; sacar lo mejor de vosotros mismos, aunque os lleve a desprenderos de muchas de vuestras seguridades.

En verdad nuestras seguridades, son nuestras mayores inseguridades.