La Fórmula 1 prepara un impresionante road show en el Paseo de Gràcia de Barcelona
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El trazado del F1 Live Barcelona Road Show recorrerá Paseo de Gràcia hasta llegar a Plaza Catalunya, sustituyendo la zona del Port Vell como ubicación de la F1 Fan Village para conseguir más impacto. Habrá también una tribuna VIP frente a la Casa Batlló, así como boxes para el mantenimiento de los monoplazas que participarán en el evento.
Además, se instalará una chicane entre las calles Consell de Cent y Diputació para crear una curva pronunciada que reduzca la velocidad de los monoplazas por razones de seguridad, además de añadir espectáculo ya que crea el momento perfecto para realizar adelantamientos. Como sin duda será el caso si se ven además algunos ‘donuts’ (frenar derrapando en círculos) en la Gran Vía con Ronda Universitat.
En Plaza Catalunya, donde estará la meta, se ubicarán las posiciones de comentarista para las televisiones y los medios que cubran el evento, además de una Fan Zone, una Zona Gastronómica y un escenario para eventos promocionales durante la semana previa a la Fórmula 1 que tendrá lugar en el Circuit de Barcelona-Catalunya.
Los grandes eventos en la calle, cada vez más polémicos
Como en otros tantos casos que se repiten en los últimos años, cada vez hay más oposición popular, o más específicamente, vecinal, a los grandes eventos especialmente invasivos en el espacio público. Lo hemos visto respecto a los grandes festivales, o muy recientemente con la polémica del recorrido urbano ideado por Isabel Díaz Ayuso de la Fórmula 1 Madrid Gran Prix, que se ha visto obligado a cambiar para no pasar bajo la Puerta de Alcalá y a recortar el trazado para evitar monumentos emblemáticos de la ciudad. Una decisión tomada tras el rechazo manifestado por la Asociación de Vecinos de Retiro Norte por el peligro que el evento genera en el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad» y por el impacto en el vecindario «por contaminación acústica y medioambiental».
En todo caso un factor que irá a más, y que obligará con el tiempo a un ‘no todo vale’ en la organización de grandes eventos con impacto que no tengan en cuenta, también, previamente, la sensibilidad al respecto de los habitantes del destino, dentro de su plan de sostenibilidad.