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España se mantiene como el segundo destino turístico mundial

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España ha mantenido durante el año 2004 su posición como segundo receptor de turistas del mundo, por detrás de Francia, con un crecimiento superior al dos por ciento, que supone la llegada de más de 52 millones de turistas, según un análisis del Banco de España. No obstante, este incremento resulta muy moderado en comparación […]

España ha mantenido durante el año 2004 su posición como segundo receptor de turistas del mundo, por detrás de Francia, con un crecimiento superior al dos por ciento, que supone la llegada de más de 52 millones de turistas, según un análisis del Banco de España.

No obstante, este incremento resulta muy moderado en comparación con la mayoría de los destinos mundiales, que registran este año aumentos de dos e incluso tres dígitos y, dada la madurez del mercado de España, su privilegiada posición mundial podrá verse amenazada en los años siguientes. Por lo tanto, España se encuentra ante un reto, que pasa por la reorientación de su estrategia turística y, en este sentido, el año 2004 ha sido el de la toma de conciencia de todos los sectores implicados en turismo sobre la necesidad de ofrecer un producto de calidad que nos diferencie del resto de destinos de sol y playa.

La progresiva pérdida de competitividad de este segmento turístico en España frente a los países del Mediterráneo oriental, ha influido en la caída de los ingresos por turismo en 2004, a la que han contribuido también, aunque en menor medida, los atentados terroristas del 11-M en Madrid, afirma el Banco de España en su análisis. Sin embargo, el impacto que han tenido estos atentados en el turismo ha sido inferior al previsto, lo que demuestra que la industria de viajes se ha vuelto más resistente a las amenazas externas a partir de la crisis sufrida tras el 11-S. Otros factores importantes, de índole económico, han influido este año en el sector, entre ellos la fuerte posición del euro frente al dólar y el encarecimiento de los destinos europeos derivado de él, así como la subida del precio del combustible, que ha empañado la recuperación del transporte aéreo y ha obligado a muchas aerolíneas a aumentar sus tarifas.

La fortaleza de la moneda europea, por un lado, ha frenado este año la recuperación del turismo estadounidense y japonés, que se encuentran entre los de mayor poder adquisitivo, y, por otro, ha impulsado el crecimiento del mercado emisor español que en algunos destinos, como Latinoamérica, se perfila ya como uno de los más importantes. Este incremento en los viajes internacionales de españoles ha llevado al descenso, superior al 5 por ciento, del superávit en concepto de turismo, con una caída del 0,54 por ciento de los ingresos y un aumento del 21,35 por ciento de los pagos durante los primeros ocho meses del año. Por su parte, las aerolíneas han recortado sustancialmente sus costes, cuyo resultado ha sido este año, entre otras medidas, la supresión del cátering gratuito a bordo, para, así, hacer frente a la competencia de las compañías de bajo coste, que han consolidado su presencia en España e incluso vuelan a Latinoamérica, como es el caso de la nueva compañía española Air Madrid. Cabe destacar, asimismo, en el apartado aéreo, el acuerdo que ha alcanzado España con las autoridades chinas para el establecimiento de vuelos regulares entre ambos países demandado desde hace tiempo por varias compañías españolas. De esta forma, se abren las puertas al turismo emisor asiático, especialmente a China, que será el país que más desplazamientos internacionales generará en el futuro, con una clase media que ya iguala en número a toda la población española. De la guerra de precios que se ha producido entre las compañías aéreas, tampoco se ha librado este año el sector hotelero, que ha perdido rentabilidad, según se quejan sus patronales, debido al lanzamiento de ofertas de última hora al que se ha visto obligado ante la sobreoferta de plazas existente en nuestro país y el traspaso de turistas a alojamientos extra hoteleros. Las agencias de viajes tradicionales se han sumado a la pérdida de rentabilidad, mientras que las de internet han entrado por primera vez en beneficios, gracias al, ya imparable, crecimiento del turismo individual en detrimento del tradicional paquete turístico organizado por tour operadores.

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