Dior, Moët Chandon y BMW organizan las fiestas más solicitadas previas a los Oscar
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La sobriedad que impuso la crisis, la poca agilidad que tenía el espectáculo y la durísima competencia de Internet han hecho que en los últimos años la audiencia de la ceremonia de los Oscar cayera en picado. Para combatir esta fuga de espectadores, los productores han diseñado una gala rompedora, en la que los actores irán apareciendo en el escenario por diferentes lugares, incluso detrás de las pantallas. El escenario estará estructurado en dos niveles que se irán desplazando, y Joe Madden será el encargado de hacer de DJ oficial de los premios de la Academia. Mil millones de pares de ojos estarán pendientes del acontecimiento.
En cuanto a las fiestas que inevitablemente preceden a la gala de los Oscar, después de dos años negros (con huelga de guionistas y crisis económica), Hollywood quiere recuperar este año todo su esplendor. Los grandes estudios son cada vez más reacios a organizar fiestas, y su relevo lo han tomado desde hace años las grandes marcas, que se disputan el honor de montar el