CRUZAR LOS ANDES: Hablemos de Confianza
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Hace unas semanas me di el regalo de cruzar los Andes, subir cimas de más de 4.000 metros, pasear entre montañas de 6.000 te hace tomar conciencia de lo pequeño que es uno, dormir viendo las estrellas a esa altura, te regala millones de luces en el cielo que tus sentimientos las acaba reflejando en ti mismo, sentir la presión de la altura te enseña a disfrutar de cada paso tan sentido como si de una semana santa se tratara, y verte tan diminuto en medio de la nada, te habla de confianza.
A mi regreso, Lupita, la directora de mi escuela de coaching me dijo, “si Antonio te creo capaz de todo, pero… ¿vas a terminar alguna vez el curso que comenzaste?”
¡Se cayeron las estrellas el suelo!
En mi lista de “regalos de vida”, (post de hace unas semanas) he puesto esas pequeñas cimas, “mis pequeños Everest” que son los que más me cuestan.
Gracias Lupita como siempre por tu claridad y gracias Marita, por poder salir de tu hogar en Mendoza a cruzar esas maravillosas montañas llamadas los Andes, espero algún día, ¿por qué no?, subir a la Aconcagua… pero antes tendré que practicar subiendo cimas “mas cercanas”.
P.D. Dicen que la “confianza es la forma mas elevada de motivación humana” eso es lo que me llevo de cruzar vuestras montañas.