Creativos y sin miedo a nada: las nuevas incorporaciones de Butragueño & Bottländer
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Agustina Ratzlaff (Ejecutiva de Cuentas)
Esta cordobesa (no de las de ¡ozú mi arma!, cordobesa de Argentina) de apellido impronunciable tiene raíces alemanas, españolas y argentas.
Ya de pequeñita hablaba por los codos, y en poco tiempo supo encandilar a todo su barrio con esos chistes malos que tanto le gustan. A los 14 años dejó su Córdoba natal, tomó un avión rumbo a Murcia y saltó el charco. Aunque para salto, aquel de 5,69 metros que la convirtió en subcampeona de España en salto de longitud. Y es que a esta chica no le asusta nada.
Coqueta donde las haya, marchó a Madrid y cursó Publicidad y RRPP en la Universidad Complutense. Entre apuntes, exámenes y pinchos de tortilla en la cafetería, hizo lo que mejor sabía hacer… ¡hablar! Y así hasta que con 22 años comenzó su andadura en Butragueño & Bottländer. Con ese «che vos, sos» y demás vocablos no hubo centralita de medios que se le resistiese. Fanática del baile, de la buena música, chef en sus ratos libres, adicta a las series. Eso sí, una cosa no le toques… ¡su siesta!
Jejo Manzanares (Copy)
Cuando le preguntas por su nombre no hay una historia clara, hace referencia a unas vecinas, las típicas de pueblo, que una noche de verano decidieron rebautizarlo. Manchego de pura cepa, criado entre salicores y uvas, muchas uvas… Eso sí, no le gusta el queso. Solo el tierno.
Lleva los pantalones caídos desde que tiene uso de conciencia, pero cuando se lo recuerdas siempre dice lo mismo: ¡Es que soy de cadera fina! Con pantalones caídos partió a Madrid cargado con tupperwares de su madre (primordialmente de pisto) que le han mantenido grande y hermoso.
Cursó Publicidad y RRPP en la Complutense. Entre clase y clase sacaba tiempo para formarse en fotografía. Y es que una de las cosas que le pierden (además de un libro y un buen tema) es coger su réflex y patear la ciudad hasta dar con la instantánea. Este chico tiene algo más en común con Almodóvar que el gentilicio; le chifla el cine en general y el español en especial.
A sus 23 primaveras y tras ganar el 1er premio de creatividad en un concurso de McCann, comenzó su trayectoria en Butragueño & Bottländer. Empezó en cuentas, pero al poco tiempo el equipo creativo dijo: ¡Este chico vale! y en un vaivén entre copy y arte… ¡salió copy!