5 tendencias para el futuro de los eventos empresariales
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Inteligencia emocional. Sin duda el poder de las emociones es un activo potente en los eventos, y cada vez lo será más. La clave estará en diseñar las reuniones poniendo al asistente en el centro, es decir, haciendo que se sienta comprendido, escuchado. Las expectativas de los participantes serán más altas que nunca, por lo tanto, no deben ser tratados como una multitud homogénea o una serie de personas de las que extraer datos de comportamiento, sino que deben ser reconocidos como individuos, entendidos en un nivel emocional más profundo y tratados en consecuencia (valorarán si el tiempo invertido en asistir al evento o reunión ha sido realmente útil, esta podría ser una nueva métrica para el ROI).
Serendipia orquestada. Un descubrimiento o hallazgo valioso e inesperado que se produce de manera accidental cuando se está buscando una cosa distinta, esto es la seredipia. Un concepto que calará en los eventos empresariales, de manera orquestada, eso sí, por los organizadores (no serán sorpresas improvisadas). Tenemos la vida más programada que nunca, solo hay que ver nuestras agendas y rutinas diarias para darnos cuenta de que nos falta espontaneidad, algo que nos sorprenda, que nos saque de la monotonía. Por eso, en las reuniones y eventos estos serán los momentos más significativos, las experiencias fortuitas crearán recuerdos con un impacto significativo y memorable. Las experiencias deben abrazar lo inesperado para involucrar a los participantes y causarles una impresión duradera.
Diseño multimodal. Un término muy asociado al mundo digital que se integra en el diseño de eventos por una razón: al igual que todos somos únicos, diferentes y tenemos nuestra propia personalidad, los eventos también tienen sus objetivos y público específico, no hay uno exactamente igual a otro, por lo que los espacios también deberán reflejar esa personalidad y necesidades únicas, desde la tecnología a la decoración, todo se diseñará para adaptarse a los participantes, a cómo se relacionarán entre sí, con el contenido y con el espacio del evento. La clave: facilitar la interacción contemplando las peculiaridades de los asistentes.
El mensaje más allá del contenido. Lo que hay detrás de esta tendencia es algo que cada vez cobra más fuerza en la sociedad y que los usuarios exigen a las marcas. El contenido ya no es suficiente, quieren un mensaje significativo, apoyado en valores sólidos y con un propósito. Así, cada evento debe construirse sobre un mensaje con el que los participantes puedan sentirse identificados y conectarse con una experiencia que sea un reflejo de los valores de la marca. Ir más allá del decir y pasar al hacer (del storytelling al storydoing).
Lugares únicos y experiencias auténticas. La elección del destino pensando en cómo puede enriquecer al evento, hacerlo más memorable, será uno de los factores a tener en cuenta a la hora de diseñar el evento. Los espacios estériles o las ubicaciones genéricas ya no hacen pasan el corte: los consumidores buscan explorar, aventuras, experiencias nuevas en destinos auténticos donde enriquecerse a través de las culturas locales.