Es el destino “meta” por excelencia, la conclusión de una de las rutas más conocidas del mundo y por tanto un sitio aspiracional, lleno de símbolos, y sinónimo de logros para millones de peregrinos que han hecho el Camino. Así que, sin duda, hablamos de una ciudad hospitalaria, acostumbrada a recibir visitantes de todo el mundo, un punto de encuentro donde vivir experiencias auténticas. Destaca su gastronomía atlántica con el mercado de la Plaza de Abastos, las rutas de vino y tapeo, los mariscos, el pulpo á feira, el queso de tetilla, la tarta de Santiago y los vinos gallegos, como Albariño y Ribeiro. También su arquitectura, un bosque de piedra plagado de conventos, iglesias, casonas nobles, museos, claustros ajardinados, fuentes, pasadizos y algunas de las plazas monumentales más bellas de Europa. Y su gran reclamo, el Camino, una experiencia de descubrimiento y conexión con el entorno y con las personas. Una actividad muy alineada con las prioridades de las empresas en la actualidad: cuidar a sus equipos, reflexionar más allá del estrés diario, conectar, dialogar, escucharse, apostar por el factor humano.
El aeropuerto internacional, a tan solo 10 minutos del centro histórico, conecta a la ciudad con las principales ciudades nacionales y europeas. Dispone de una singular planta hotelera con más de 5.500 camas -4.700 de ellas en hoteles de más de tres estrellas- y ofrece consolidadas infraestructuras profesionales, monumentales y culturales.Santiago es una ciudad universal, universitaria, investigadora y creativa. Su Universidad, cinco veces centenaria, es eje rector de la educación de la ciudad, y principal motor de la actividad congresual en Santiago de Compostela, junto con el sector médico-sanitario. El Campus Vida, que integra la Red de Centros Singulares de Investigación, genera un importante impacto científico, social y económico en la región y aspira a convertirse en uno de los mejores 100 biocampus del mundo.
Gastronomía. Desde su mercado, la Plaza de Abastos, y en sus más de mil restaurantes, la ciudad ofrece la deliciosa, fresca y sanísima cocina atlántica, que basa su excelencia en la contundente calidad de los productos del mar y de la huerta. Descubrir la cocina tradicional y contemporánea, tapear por las calles, ir de vinos, degustar quesos y conservas, picar en las terrazas, cenar en antiguos monumentos o bajo camelias son algunas de las ricas especialidades compostelanas.
Santiago de Compostela, punto de encuentro