WWP convierte la Hahnenkamm Race en la Super Bowl del esquí
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El evento es de tal magnitud que Kitzbühel multiplica por diez su población durante la Hahnenkamm. Para dar cabida a los 80.000 visitantes de este año la organización habilitó aparcamientos gratuitos en las cercanas poblaciones de Kirbgerg y Oberndof, desde donde los asistentes se desplazaban en lanzaderas hasta el lugar de la competición. Además todos los trenes internacionales tuvieron parada en la estación de Kitzbühel, a escasos cinco minutos de las pistas.
Se instalaron nueve grandes pantallas de vídeo desde las que se retransmitieron las diversas pruebas y que sirvieron de plataforma para contenidos de patrocinadores como Audi, Mastercard o Generali entre otros. Otro polo del evento fue el centro de la ciudad gracias de una enorme fan zone revestida con otras pantallas de vídeo y actuaciones en directo.
La enormidad de este evento deportivo se ve en las cifras: más de 1.500 personas se implicaron en la gestión y organización directa e indirectamente; 700 periodistas procedentes de 30 países cubrieron el campeonato en una sala de prensa creada con sets para 45 televisiones y 20 radios que emitían desde las mismas pistas a EE UU, Canadá y Japón.
KitzCharityTrophy, el evento propio de WWP
En el marco de la Hahnenkamm, WWP organiza desde hace 20 años la KitzCharityTrophy, una prueba de esquí tipo slalom en la que personajes conocidos del ámbito empresarial, cultural y deportivo se dividen en equipos para bajar las pistas de Kitzbühel. Bajo entidades y compañías relacionadas con la empresa, los grupos realizan donaciones que se destinan a familias sin recursos de la zona.
El evento se remataba la noche del 21 de enero en el KitzRaceClub, que se transformó para acoger a los invitados de la KitzParty, la noche de gala de la Hahnenakmm para partners y miembros de la competición. Decorado en torno al azul y el hielo, una enorme alfombra, las flores de las mesas y la iluminación recreaban con esas tonalidades un ambiente casi ártico mientras desde las grandes pantallas se podían seguir los momentos más espectaculares de la Hahnenkamm.
