Videomapping con sensores de movimiento para el espectáculo audiovisual de Mercedes Benz
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Para la presentación mundial a prensa y distribuidores de la clase V de Mercedes se quería resaltar la robustez y capacidad de sus ocho plazas, por ello se buscó un aforo representativo e imponente como el Olympiapark de Munich.
La ocasión lo merecía y el venue también; el escenario debía de ser de grandes dimensiones para poder hacer el reveal de dos vehículos monovolúmenes pero a la vez vestirlo de tal manera que la presentación previa antes de la aparición de los coches no quedara empequeñecida. Nada que una pantalla trasera 20m junto con 20 elementos móviles (columnas, cubos, pirámides) no pudieran solucionar.
El comienzo del evento se aprovechó para las presentaciones comerciales habituales en las que se detallaban el concepto y prestaciones del vehículo, todo ello apoyado con videos explicativos y animaciones que se proyectaban en la gran pantalla trasera.
Llegaba el momento más esperado de la noche, el reveal del nuevo vehículo y la agencia productora del evento, M Box, diseñó para este momento cumbre un espectáculo de casi cuatro minutos en el que de manera híbrida se combinaron proyecciones audiovisuales, video mapping y efectos visuales junto con la coreografía realizada por 10 artistas que integraban sus movimientos según el escenario recreado por las proyecciones.
Para rizar aún más el rizo los bailarines integraban en su coreografía movimientos con pirámides, esferas, cubos y paneles verticales que movían sincronizados con los distintos momentos de la proyección y que a su se utilizaban como superficie para proyectar efectos visuales complementarios.
¿Cómo sincronizar a la perfección los elementos físicos del escenario con el video mapping?
Ya hemos hablado en otra ocasión de los beacons, pues esta tecnología es la que se basa el sistema BlackTrax para que junto sensores de movimiento colocados estratégicamente en diversos puntos del escenario se hiciera un rastreado de todos los movimientos, su velocidad y dirección y se pudiera integrar en el sistema de proyección .
Un sistema de tracking en 3D y en tiempo real de lo que ocurría en el escenario que permitió a los bailarines concentrarse en sus movimientos sin estar extremadamente pendientes de la sincronización de mover un cubo un segundo antes o después, o colocarlo en un punto exacto y milimétrico del escenario. Gracias al sistema de sensores la proyección detectaba en que punto se encontraba y ajustaba la imagen a proyectar acorde.
Con esto se consiguió una sincronización perfecta, limpieza en los movimientos y ahorro de tiempo y costes en largas jornadas de ensayos. Con la coreografía aprendida no era necesario ensayar más de lo habitual para coordinar movimiento con imagen. ¡Un claro ejemplo de tecnología al servicio del arte!