Una performance transgresora en la cárcel para la presentación del nuevo BMW
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La antigua prisión de Segovia daría ese punto transgresor que marca la personalidad del nuevo modelo, además de servir como reclamo a la prensa a acudir a una presentación especial.
Para ello, la cárcel fue decorada y ambientada utilizando la galería central como espacio para el catering, mientras que cada celda escondía distintas animaciones: en una un barbero cortaba el pelo o la barba a quien lo desease, en otras se veía un cortador de jamón haciendo tapas, u otra se habilitó para la barra de bebidas, y también se aprovecharon como pequeñas salitas de descanso.
El patio de la prisión permitió a los asistentes probar las nuevas bicicletas eléctricas BMW Cruise y el pasillo superior de las celdas llevaba a la sala en la que se impartiría la rueda de prensa.
Lo inusual e inesperado del espacio elegido también se reforzó con una convocatoria secreta en la que los invitados, citados en Madrid desconocían su destino final. Se les convocó en un hotel de la capital y una vez allí debían coger las llaves del coche y conducir siguiendo las indicaciones del sistema de navegación, sin saber a dónde se dirigían.
El final de este test drive les llevaba a las puertas de la cárcel, donde un actor disfrazado de guardia de prisiones ponía orden y guiaba a los periodistas de una zona a otra. Las sorpresas continuaron con unos raperos freestyle interrumpiendo la rueda de prensa e improvisando rimas mientras interactuaban con los sorprendidos periodistas.