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General · Madrid

Una misión especial en África con Nuba

Una misión especial en África con Nuba

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Por Gala Alberdi Diseñar un viaje para un grupo de 150 personas a un país africano supone de primeras un gran reto, principalmente logístico, al que tener que enfrentarse. Vuelos, todoterrenos, guías de habla hispana, selección de hoteles de alto nivel y con servicio excelente… A pesar de ello, para nosotros esto era la menor de nuestras preocupaciones ya que teníamos una misión más importante. Kenia es un destino tranquilo, íntimo, auténtico, perfecto para la comunión individual con la naturaleza más salvaje. “Teníamos que conseguir que cada uno de los asistentes lo percibiera así; que se sintieran especiales, mimados y sobre todo, que ese viaje al exterior llevara implícito un viaje interior, de transformación. Un viaje que les cambiara la vida y les permitiera contar una historia única y diferente”, nos señalan desde Nuba.

Transformar al equipo en una tribu guerrera. El destino nos dio la pista y así surgió la idea: convertiríamos a cada uno de los asistentes en un guerrero Masái y transformaríamos al grupo en una poderosa ‘Tribu Guerrera’. “El plan de comunicación que creamos con ellos antes, durante y después del viaje seguía el mismo hilo conductor y concepto creativo, con el objetivo de informar de una forma impactante e innovadora”, nos señalan desde Nuba.

Itinerario de lujo. El primer contacto con Kenia fue crucial. Había que conectar con su esencia e historia, sentirlo y entenderlo de verdad lejos de los circuitos turísticos habituales. Dicho y hecho: qué mejor que pasear por Crescent Island, caminar entre cebras, jirafas, gacelas a través de un paisaje único lleno de belleza, casi sentirla entre las manos, sin coches ni aglomeraciones, solo andar entre los majestuosos animales para sentirse uno más.

Navegar por el lago Naivasha… Con la intención de observar cómo un águila pescadora captura su presa, cómo los cormoranes esperan pacientes hasta divisar las suyas o los hipopótamos se refrescan durante las duras horas de sol. Involucrarse con la cultura y costumbres del país aprendiendo las danzas tribales o jugando al fútbol con locales. Y esto solo en Naivasha. Aún quedaba por disfrutar del plato fuerte: el Parque Nacional del Masái Mara.

Recorrido por el Masái Mara en 4×4. Un camino largo pero muy especial. Esta experiencia les permitió observar el día a día de esta zona, a los niños uniformados andando largos kilómetros hasta el colegio, el ajetreo en las pequeñas poblaciones que atravesamos, los animales cruzando despreocupados por las carreteras… Una experiencia que acercó a los invitados un poco más a la realidad del país.

Experimentar un viaje vital. En el imponente Masái Mara, el safari tenía que ser la actividad por excelencia. Pero no sería un safari clásico, “teníamos que darle una vuelta de tuerca para ofrecer un valor añadido a la actividad”, nos señalan desde Nuba. Safari en suajili significa literalmente “viaje” y eso es lo que se quería conseguir que experimentaran: un viaje vital. Así que transformaron el safari con un poco de magia para hacerlo aún más especial: una visita auténtica a un poblado Masái, en el que, tras una ceremonia, el jefe tribal nombró guerreros a todos los invitados imponiéndoles la manta Masái que así lo atestiguaría para siempre. Y convirtiendo a todo el grupo en la gran Tribu Guerrera’.

La guinda del viaje, sin duda, fue el safari final. Tras una búsqueda del mítico rinoceronte negro por toda la sabana (el único de los cinco grandes que falto por ver) se les condujo (engañados), hasta un lugar donde les esperaba una merienda sorpresa. Mientras disfrutaban del vino, las cervezas y un buen jamón, el sol iba bajando por el horizonte inundando toda la sabana con una luz rojiza. Unos minutos antes de que el astro rey desapareciera tras las montañas, reunieron a todos y les pedimos silencioallí, sentados en la ladera de la pequeña colina, pudieron contemplar cómo el sol se ponía por última vez durante su aventura en Kenia mientras que el silencio era únicamente roto por la preciosa banda sonora de ‘Memorias de África’.

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