Una convención para reconectar en la costa de Cádiz
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Después de dos años sin poder celebrar su reunión anual, una la empresa del sector agrícola decidió que había llegado el momento de juntar a 35 de sus empleados en el Hotel Barceló Costa Ballena para animarles a aportar ideas de mejora y planes de futuro. Por supuesto, con la seguridad por bandera, haciéndose test de antígenos ante de entrar al hotel, y teniendo un médico a su disposición todo el día.
De esta forma, los asistentes crearon su propia burbuja, ya que venían de diferentes partes de España, y se dividieron en tres salas, por equipos, para trabajar con mayores garantías. Los horarios de almuerzos y coffees también fueron ordenados y espaciados respetando las normas de seguridad del hotel y los protocolos establecidos.
Tres días de reuniones, en un ambiente distendido y relajado para fomentar la productividad y la creatividad. Y no podían faltar los momentos de disfrute y diversión, que debido a la situación, siempre es más contenida, pero como estaban en un espacio abierto, al aire libre, tuvieron una velada casi como las de antes. Una cena en un chiringuito de playa, El Canguro de Costa Ballena, con música en vivo y ambiente de estilo más ibicenco. Como fueron tres días de convención, también tuvieron tiempo de disfrutar de una buena paella y degustar la gastronomía andaluza.
Y como no hay evento sin reto, a Diwoto también se le presentó uno que afrontó sin problemas. Y es que estar en las costas de Cádiz y que se te antojen unos langostinos de Sanlúcar, no es de extrañar. Así que a las 4 de la mañana, David de Diwoto se fue a la lonja a comprar 10 kg de langostino frescos, recién sacados de mar. Y con la ayuda de Barceló pudieron prepararlos en las cocinas del hotel respetando la cadena de frío y el sello de calidad de producto. Una delicia para los asistentes.
En general, la conclusión y la sensación que les quedó a todos es la necesidad de volverse a ver, conectar y tener contacto humano, de hecho, había gente nueva en la empresa que aún no conocían a sus compañeros. El resultado: tres días para desconectar, motivarse, generar ideas con programas de brainstorming y, lo más destacado, quieren volver a hacer viajes de incentivos con sus clientes, para mejorar la relación y la productividad. Una buena noticia para el sector.