Un teambuilding movidito en alta mar…
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La naturaleza, enclave idílico para desconectar. El Hotel Villa Gadea en Altea fue la ubicación perfecta para celebrar la reunión. “Lo más importante es que tuviera fácil acceso, y Altea está bien comunicada, cerca del aeropuerto y el Ave de Alicante”, nos señala Nerea Rojas, de la agencia Queens. La agenda del teambuilding se basaba en reuniones entre los comerciales, sesiones de formación y visitas por el pueblo, que incluía dos cenas en restaurantes típicos como ‘L’Calleta’ y ‘La Campaneta’ para degustar los sabores típicos de la zona. “Estar un poco aislado de grandes urbes y acercar a la gente a un ambiente más tranquilo siempre mejora la comunicación entre compañeros”, señala Nerea.
El mar siempre ha significado aventura. Desde Cristóbal Colón hasta el actual Jack Sparrow el mar ha sido protagonista de grandes aventuras asociadas con el riesgo. Según Nerea Rojas, “estas características nos llevaron a organizar la regata. La idea era que los clientes salieran de la zona de confort y la vela reúne estos requisitos, ya que sigue siendo un deporte poco practicado popularmente y ofrece el elemento de novedad que tanto se busca en un teambuilding”.
En busca del compañerismo: regatas por equipos. Con la intención de poner a prueba a los trabajadores, se organizaron 20 equipos para competir. “Se trataba de una competición sana, donde el objetivo no era ganar, sino trabajar en equipo y ayudarse unos a los otros”, asegura Nerea. ¿El premio? A los tres primeros veleros en llegar a la meta se les regalaba una medalla de oro, plata y bronce, un premio con valor sentimental. “Bajo el mensaje ¡Atrevete! proponíamos a los asistentes arriesgar y trasladarlo en el trabajo: atreverse en el trabajo, a mejorar, a conocer mejor a los compañeros que ves todos los días en el trabajo!”, señala Nerea.
En este tipo de competiciones, es importante crear grupos donde se trabaje el compañerismo. Para ello, a cada equipo se le otorgó un nombre del alfabeto náutico, y en el hotel se explicó la señalética de la regata, se dis eñaron los equipos y formación sobre las nociones básicas para manejar un velero con cada patrón asignado. “Una vez que llegamos al puerto deportivo cada equipo entró en su velero y tuvieron una hora previa a la competición para adaptarse y tomar sus puestos y funciones”, nos aclara Nerea.
Gestión de recuerdos. Los recuerdos suponen el 50% del objetivo de este tipo de reuniones. Las experiencias al margen del ritmo diario son las que marcan la diferencia y ayudan a estrechar lazos entre los compañeros. Según Nerea, “el material gráfico que se recaudó a través de un fotógrafo y las fotos que se pasaban entre los grupos de Whatsapp de los participantes fueron testigo de las vivencias. Todas las fotos que se recaudaron durante la regata se utilizaron para la presentación en la última cena”.