Un incentivo gastronómico bajo el hechizo de Galicia
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La aventura comienza: destino a Vigo. El grupo aterrizó en Vigo donde fueron recibidos por un guía y bus para acompañarlos al Hotel Nagari para almorzar en el restaurante Alameda XXI, donde comenzó la aventura gastronómica, ¡estamos en Galicia!
Ruta en barco científico a Cíes. El objetivo era descubrir la vida marina de las islas Cíes (pertenecen al parque nacional de las islas atlánticas de Galicia). A bordo de un crucero científico disfrutaron de la riqueza submarina de la ría de Vigo. “Las aguas de las rías gallegas son muy ricas en nutrientes y gracias al afloramiento costero es famoso el marisco gallego”, nos señala David Albadalejo (CEO de Diwoto). Un guía especializado les explicó todo antes de llegar al destino. “El barco tenía una característica especial, habían adaptado unas cámaras especiales que iban dirigiendo desde un mando a distancia para observar el fondo marino”, señala David. Además, fueron haciendo paradas, la más sorprendente fue durante la plataforma donde se crían los mejillones, “donde sorprendimos al grupo con Albariño y una empanada gallega”, nos señala David.
Cocina tradicional gallega. Siguiendo con el hilo conductor del incentivo: la gastronomía, visitaron el restaurante ‘Rei Pescador’, un lugar que invita a disfrutar de la calidad del producto y el mimo en la elaboración del mismo. Bajo la perspectiva de una cocina tradicional, adaptaron un menú degustación con incorporaciones de vanguardia pero sin perder la idea original del negocio familiar.
Visita a la ciudad de Pontevedra. Al día siguiente fueron a visitar Pontevedra, una ciudad premiada en numerosas ocasiones y que además sorprendió por su riqueza monumental. La visita comenzó en la Alameda, visitando las ruinas del convento de Santo Domingo, para continuar con la visita a la Basílica de Sta María la Mayor. Continuaron con un recorrido por las plazas de Teucro, Méndez Núñez, Plaza Verdura, Plaza Leña y Herrería… tampoco se olvidaron de visitar las iglesias de San Bartolomé, y al Santuario de la Virgen Peregrina.
Almuerzo en el ‘Asador Porta do Mar’. Tras el almuerzo continuaron con una excursión relajada a la comarca de O Salnés: Ermita A Lanzada y paseo por la costa hasta llegar a la Isla de la Toja. El día concluyó con una cena en el restaurante ‘El Mosquito’, el cual debe su nombre a la presencia de este insecto y su relación con el vino, el restaurante fue cogiendo forma gracias a la popularidad de su cocina que ha sabido mantener la tradición con ingredientes frescos de carácter local y sencilla preparación.
Excursión por la Ribeira Sacra y el Cañón de Sil – Santo Estevo. El grupo tenía cita con el guía para visitar la Ribeira Sacra donde recorrieron en catamarán los impresionantes cañones del Sil y del Miño. Parajes imponentes con hermosos monasterios que, durante siglos, alejados del mundanal ruido y al amparo del clima benigno de estas tierras, dedicaron su tiempo y su sabiduría, a honrar a Dios y a los hombres estudiando los secretos de la vid. “para almorzar, fuimos al Parador de Santo Estevo, convertido hoy en un precioso Parador. Tras el almuerzo continuamos con una visita a los claustros”, nos señala David. Durante la cena en Casa Pinales, cinco artístas se disfrazaron de personajes típicos: de monge, curandera, bailarines y músicos, e invitaron al grupo a participar a elaborar una pócima y bailar con ellos.
Último día: visita a Oporto. Salimos a conocer la segunda ciudad en importancia de Portugal, cuyo centro histórico está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Visitaron el afamado Palacio de la Bolsa, la iglesia de San Francisco con su magnífico trabajo de artesonado en pan de oro, la Torre de los Clérigos que datas del S.XVIII, la más alta de Portugal, sin olvidar el Museo Serralves y el Museo de Arte Contemporáneo. Oporto, pura magia, se tiñe de un carácter melancólico como el que tienen alguno de sus sitios clave. Uno de ellos, la librería Lello, donde se rodaron escenas de Harry Potter. En Vila Nova da Gaia visitaron la Bodega Taylor´s donde degustaron el famoso vino de Oporto.