Un incentivo experiencial al más puro estilo escocés
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¡No hay nada mejor que esto!, ese fue el concepto en el que se inspiró el programa del viaje que, debido a la gran cantidad de personas que participaron requería encontrar un destino con suficiente capacidad y facilidades logísticas para albergar a este numeroso grupo. Escocia fue el lugar elegido.
El programa coincidió con el comienzo del Festival de Edimburgo, el evento más importante del año en la capital de Escocia, y uno de los más concurridos. El país fue elegido por su historia, sus tradiciones, su encanto y también por sus infraestructuras, desde sus hoteles pasando por la accesibilidad, además de los proveedores con los que trabaja la DMC Spectra in Scotland, que conoce muy bien el destino y se encargó de buscar las experiencias y coordinarlo todo.
El objetivo principal es que los participantes experimentaran las principales atracciones de la ciudad, incluido el Castillo de Edimburgo; el Royal Yacht Britannia, antiguo palacio flotante de Su Majestad la Reina durante más de 40 años; y el palacio de Holyroodhouse, residencia oficial de Su Majestad la Reina en Escocia. Estas visitas «reales» pretendían, además de mostrar la riqueza histórica y cultural, que los invitados se sintieran importantes, como reyes y reinas.
También se visitaron las cuatro mejores casas señoriales de Escocia: el castillo de Thirlestane, el castillo de Dundas, Winton Castle y Hopetoun House acompañados por guías que les invitaron al tradicional té de la tarde y algunas de las actividades más típicas de la zona, como la cetrería, paseos en carruajes, conducción en 4×4, tiro al plato y croquet.
Una experiencia con la que se premiaba a los que habían conseguido aumentar las ventas en un 20% año tras año, y la recompensa a su esfuerzo y dedicación fue este programa de incentivo que creó un sentido de competitividad, aumentó la lealtad y la retención de los empleados, según el cliente que trasladó la valoración positiva de los asistentes que disfrutaron al más puro estilo escocés.
Algunos de los desafíos: en total se realizaron 250 movimientos en autocares y más de 160 traslados en vehículos privados, que contaron con la ayuda de más de 60 personas trabajando para que el programa se cumpliera sin retrasos ni perdidas de equipajes. Para trasladar las maletas se utilizaron 20 camionetas que cargaron más de 3.500 piezas de equipaje ¡y ni una sola maleta se extravió! Además, para que el grupo llegara a su destino, se fletaron 10 aviones y, al llegar, los participantes se alojaron en seis hoteles de alta gama, a los que hay que sumar los tres hoteles en los que se quedaba el equipo organizador.