Tres ideas que vimos en adLIB para despertar y hacer participar a tu público
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Muchas veces no es necesario partirse la cabeza pensando en formatos rocambolescos para conseguir sesiones dinámicas o romper con la monotonía de las sesiones de una conferencia. Menos es más y un auditorio en formato teatro con escenario se puede convertir en un espacio dinámico en el que interactúan público y ponentes. En el caso de adLIB se contó con dos actores que se encargaban de presentar e introducir las diferentes sesiones de una manera en la que también se aprovechaba para despertar a la audiencia, meterla en situación. Te pasamos contamos algunos ejemplos que vimos:
Subir el público al escenario. Levantarles de sus butacas, hacerles subir al escenario y que se pongan por parejas que no conocen. Remedio infalible para sacarles de la modorra de la sobremesa, abandonar su zona de confort y despertar su adrenalina, al tiempo que conectan con alguien nuevo. Para terminar de espabilarles, debían contestar a preguntas a golpe de palmada, que los dos moderadores hacían desde el vacío patio de butacas. Enlazando preguntas se iba introduciendo el tema de la sesión y, como el ponente estaba ya entre el público, se acaba descubriendo entre los asistentes y empezaba su ponencia ya en el escenario mientras el resto del público volvía a sus butacas.
Los asistentes se ponen las gafas de escuchar. O lo que es lo mismo, ponerse antifaces para introducir la sesión sobre la plataforma de podcast Podium. Una forma de introducir la sesión con un elemento del tema a tratar y a su vez captar la atención del público. Antes de que apareciera la ponente sobre el escenario, se repartió entre el público antifaces y los presentadores anunciaron que se escuchara atentamente. Igual que uno se pone las gafas cuando quiere leer algo de interés, el antifaz funcionó como un recurso para agudizar el sentido y prestar atención a la introducción que a modo de podcast sonoro introdujo a la ponente. Cuando se quitaron los antifaces y abrieron los ojos la ponente ya estaba en el escenario y comenzó su charla, con un público que se había sentido como si hubiera escuchado un podcast.
Un ponente que va avanzando por el escenario según avanza su ponencia. Así lo hizo Mariano López, formador del Cirque du Soleil, y lo anunció al público al arrancar su charla. Iba a contar su historia que dividiría en tres hitos y cada uno de esos hitos los desarrollaría en una zona del escenario siguiendo un orden cronológico y temporal de izquierda a derecha del escenario. De esta forma el público sabía en todo momento en qué punto estaba de su historia, recordaba cuánto había avanzado en su charla y lo que le quedaba todavía por escuchar. Mariano, como buen psicólogo que es, sabe que la atención del público puede sufrir con ponencias de más de media hora, así que no dudó en dar tres consignas para que el público pudiera comunicarse con él a través de signos con las manos y darle feedback de cómo iban asimilando su charla. Y si él veía que los asistentes se desconectaban no dudaba en parar, decir “pirueta” y al público le tocaba levantarse, dar un giro rápido y volver a sentarse más despierto para engancharse de nuevo a la reunión.