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General · Madrid

Sofisticación, placer de conducir y tecnología se trasladan al espacio pop-up de Porsche

Sofisticación, placer de conducir y tecnología se trasladan al espacio pop-up de Porsche

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Sin duda uno de los formatos preferidos para ofrecer una experiencia de marca y crear brand space, los pop-ups lejos de ser una moda pasajera, se consolidan como un buen recurso para acercar la marca al público. Tan solo es necesario elegir la ubicación correcta, escoger el espacio que mejor encaje con la personalidad de la compañía y transformarlo, con decoración, y experiencias de por medio, en la casa física de la marca por unos días. La última en estrenarse en esto de los pop-ups, es Porsche, trayendo a España por primera vez este formato, el ‘Porsche Tracks’, un tipo de evento que ya había desarrollado en otras ciudades europeas y que aterrizó en Madrid el pasado mes de diciembre.

Abierto al público, gratuito y durante dos semanas en plenas fiestas navideñas, la marca eligió el Palacete  Carlos Mª de Castro en el señorial barrio de Almagro para montar un espacio de marca de 400m2 en el que el público podía conocer la historia y futuro de Porsche, sus modelos legendarios y el futuro hacia la movilidad eléctrica que representa el futuro modelo Mission E. Y es precisamente el plato fuerte del pop-up, el Porsche Mission E, el elemento que articulaba el recorrido y las distintas estancias de ‘Porsche Tracks’. Así el modelo presidía el paso de carruajes del edificio, convertido en una sala interactiva, donde el público podía conocer el nuevo modelo a través de la realidad virtual y dispositivos móviles. De ahí se podía pasar a distintas salas donde sentarse en cómodos sillones y disfrutar de los cuadros del artista Manu Campa con lienzos de distintos modelos de Porsche; un bibliobar o un rincón del diseño en el que las paredes convertidas en pizarra invitaban a diseñar el modelo 911 de la marca.

 

Para probar la experiencia de conducción se montó una zona de entretenimiento donde jugar Forza Motorsport 7 de Microsoft, que permite probar varios modelos de Porsche. El patio-terraza del palacete se convirtió en el Vintage Café, una zona de relax exterior donde tomar algo, presidida por dos modelos clásicos de colección. 

Para tener representados tanto los modelos más históricos como la gama actual, a la puerta del palacete, a modo de reclamo en la calle y dando la bienvenida a los visitantes, había aparcados un modelo Cayenne, un Panamera y un 911 GTS.

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