Seis actividades que no te puedes perder si visitas Alicante
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Cuevas de Canelobre, la ‘Sagrada Familia’ alicantina
Emplazadas a 700m de altura en la ladera septentrional de la sierra Cabeçó D’Or, son un ejemplo de cavidad kárstica. Dentro de las cuevas hay un espacio de más de 80.000m2 al que se puede acceder por un túnel de 45m, donde el agua y la roca han dado lugar a formas como estalactitas, estalagmitas, columnas y medusas, entre muchas otras. Para los amantes del deporte, se puede practicar espeleología dentro de las cuevas, y debido a su acústica, son escenario para actuaciones musicales que se celebran en Alicante.
Visita al Castillo de Santa Bárbara por el barrio de Santa Cruz
Posiblemente uno de los recorridos con más encanto de la ciudad. El barrio de Santa Cruz es el más antiguo de Alicante, con sus calles estrechas, macetas en los balcones, puertas pintadas de azul… donde se palpa la herencia árabe con mezcla mediterránea.
El castillo se encuentra sobre el Monte Benacantil, a 166m de altitud, y desde él se puede divisar toda la bahía de Alicante. ¿Momento Gourmet? Parada gastronómica en el restaurante Ereta (que dirige el cocinero Dani Frías) para descansar las piernas con una cerveza, o probar un arroz típico de la zona.
Museos de mar y tierra
Destacamos dos: El Museo de la Volvo Ocean Race es un espacio que se habilitó a partir de la Volvo Ocean Race. ¿Qué nos encontramos en él? Elementos interactivos, juegos y un barco que se puede divisar: ‘Zoom In’, una exposición de imágenes áreas; las ‘Salas de control de la regata’ donde se siguen los barcos durante la competición y un centro de tecnología y comunicación vía satélite. Además se puede experimentar en el simulador de la regata lo que se siente a bordo de estos barcos, popularmente conocidos como los Fórmula 1 del mar.
Museo de Arte Contemporáneo (MACA). Se trata del edificio civil más antiguo que se conserva en la ciudad, y cuenta con una importante colección de arte del siglo XX por obras donadas por Eusebio Sempere. Cuenta también con obras de Chillida, Picasso, Dalí y Miró, entre otras.
Tabarca, la pequeña isla a menos de una hora en velero
La pequeña isla de Tabarca es la única habitada de la Comunitat Valenciana y se encuentra en frente a la ciudad de Alicante, a una hora desde el puerto en barco. Una vez en la isla, se puede disfrutar de calas y playas de aguas transparentes, de un pintoresco puerto marinero, con la posibilidad de degustar el tradicional (el plato típico de la isla) y recorrer la isla en bicicleta.
La ciudad del mejor arroz de España
Visitar Alicante y no probar alguno de sus más de 300 especialidades catalogadas, es como visitar Granada y no pasar por la Alhambra. Alicante es de las pocas ciudades que ostenta el sello de calidad como mejor ciudad del arroz. Un ejemplo: el restaurante Aldebarán ofrece arroces como el de magro y verduras, de bacalao, coliflor y garbanzos, de rape y gambas, o de gatet, entre otros. ¿Otro clásico? El Nou Manolín y su arroz a banda.
Altea y Villajoyosa, dos pueblos pesqueros con esencia mediterránea
Se trata de dos joyas alicantinas y dos pueblos con baja explotación turística. Merece la pena visitar por su tranquilidad, es de los pocos pueblos de la zona que se respira aire pesquero y auténtico (de hecho se sigue hablando en valenciano). Villajoyosa es peculiar por sus casitas en primera línea de mar pintadas de diferentes colores. Altea respira un aire más bohemio, dicen que es el “Santorini español” debido a sus calles empedradas y casas blancas construidas sobre la montaña.