Repsol organiza un incentivo en Vietnam para conocer sus historias ancestrales
Agencia: Viajes El Corte Inglés
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Para ir calentando motores, un mes antes se lanzó una campaña teaser con vídeos presentación del destino escogido para el incentivo: Vietnam. Igualmente, se preparó una aplicación para los asistentes con la que interactuaron durante todo el viaje, y se confeccionó una colección limitada de acuarelas con la leyenda que recibirían cada noche, que los acompañaría al día siguiente.
El recorrido se dividió en cuatro etapas: Hanoi, Halong, Hoi An y Ho Chi Minh. Para darles la bienvenida al destino, con los permisos previos cortaron una calle para montar un pasacalle vietnamita. Al amanecer, a los asistentes les esperaba 70 ciclos para viajar en el tiempo con exclusivas actividades. Por ejemplo, los invitados navegaron por Ninh Bing donde, en una de las grutas, fueron sorprendidos por la música tocada por una violinista. Cada etapa de esta aventura trataba de representar la esencia del país: tradición, modernidad, naturaleza… pero, especialmente, sumergirse en la cultura a través de las historias del país.
Viajes El Corte Inglés organizó para Repsol una cena temática para la última noche de cada ciudad, donde el equipo de catering estaba conformado por trabajadores en riesgo de exclusión social. No obstante, desde la organización tuvieron que hacer frente a diferentes obstáculos. La cena temática estaba prevista en la terraza del barco, pero un temporal obligó a montar el mismo set up en el interior, aunque el fin de fiesta sí pudo ser encubierta.
También se les entregó a los invitados el traje tradicional vietnamita y se habilitó una sala con modistas para ajustes. La cena temática era al aire libre, en esta ocasión en un templo privado, pero se fue la luz y empezó a llover de nuevo. Desde la organización buscaron otro restaurante alternativo, aunque finalmente pudieron disfrutar de la noche planeada. El viaje se preparó siguiendo el calendario lunar para que en la cena la luna llena fuese la gran protagonista hasta en el postre, donde se sirvió una tarta de luna, un dulce tradicional que solo se consume en esos días.