‘Misión a Marte’, un viaje poco convencional al planeta Rojo
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Ares Station, estación en la que se realizan las misiones, se encuentra ubicada en el interior de una enorme cueva en Santander, que reproduce las condiciones de vida que se darían en el Planeta Rojo; y es que, “según el consenso científico, cualquier colonia humana permanente en Marte deberá instalarse en los tubos de lava que se encuentran en el planeta, para protegerse del ambiente hostil marciano, que es letal para nuestro organismo. Si queremos testar las verdaderas condiciones de vida de Marte, una estación subterránea es la única opción”, explica David Ceballos (CEO de Astroland).
Tres fases para convertirte en un Astrolander
El programa cuenta con tres fases, una vez haya sido aprobada por el equipo de psicólogos la participación en la misión de los candidatos: una previa a la entrada en Ares Station, en la que durante, aproximadamente, un mes, se prepara a los ASCAN (candidatos a Astrolanders) física y mentalmente para desarrollar las capacidades de resistencia y adaptación necesarias para hacer frente a los ambientes hostiles y las situaciones inesperadas que encontrarán a lo largo de la misión. Una segunda fase, dentro de Ares Station, en la que, tras haber adquirido los conocimientos necesarios para desempeñar el rol que previamente se les habrá asignado (ingenieros, biólogos, etc.), deberán seguir un estricto programa técnico, en el que todo está planeado y concretado para ser desarrollado de una manera análoga a las misiones en Marte. Una vez finalizada la misión en Ares Station, los ASCAN se convertirán en Astrolanders.
Medidas para reducir la huella humana en Ares Station
Desde ambas agencias entienden que se deben dar nuevas respuestas para superar los retos que la humanidad encontrará en Marte y el primer paso es minimizar el impacto humano en todo el proceso, por lo que se ha planteado realizar un programa de investigación denominado Human Marks, donde poder desarrollar las tecnologías y habilidades necesarias para minimizar el impacto de la actividad humana en entornos controlados. Hay que destacar, que Ares Station es completamente autónoma, crea su propia energía y gestiona sus recursos y deshechos, además de contar con avanzada tecnología en el reciclado de plástico y en impresoras 3D con las que crear los utensilios necesarios para la supervivencia.
Una segunda oportunidad para la humanidad
Nuestro planeta sobrevive en un frágil equilibrio, que pone en peligro la continuidad de nuestra forma de vida tal y como la conocemos, por lo que es necesario un plan B, la posibilidad de crear un nuevo tipo de sociedad, bien sea en nuestro planeta o en Marte. Principios como el respeto, la cooperación y el trabajo en equipo, la buena voluntad, junto con la conciencia medioambiental, la sostenibilidad y políticas de tolerancia cero contra la contaminación y a favor del reciclaje, son el ADN de esta misión, y serán imperativas que para que prospere. En cada misión, los científicos convivirán con aquellos que deseen vivir esta experiencia, que al mismo tiempo serán motivo de estudio para descubrir cómo se comporta el ser humano en estas condiciones de aislamiento. Los datos y hallazgos que se encuentren en lo que, por ahora, es un experimento, se aplicarán en un futuro, cuando las colonias humanas en Marte sean una realidad, algo que podría ocurrir a partir de 2035.