Mahou sale a la calle en sus eventos más urbanos
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Y es que la marca no para de salir a la calle para ofrecer opciones de ocio urbano a su target, con experiencias vinculadas a su territorio de marca –música y gastronomía- y que permiten integrar el producto en un consumo de ocio muy madrileño. Porque ¿qué hay más madrileño que salir a tomar unas cañas, picar algo y disfrutar de la música en la calle? Aquí van dos ejemplos:
Mahou Urban Food Festival. La marca decidió despedir el verano con un festival urbano de tres días en el Museo del Ferrocarril. Las 8.700 personas que pasaron por el evento no solo disfrutaron de una programación que recogía una propuesta de artistas de la escena urbana en su escenario principal y sesiones de djs, sino que la gastronomía fue uno de los puntos fuertes del evento. Con puestos de comida callejera en los que poder maridar la Mahou, los asistentes pudieron degustar desde hamburguesas, wraps de pollo, woks, tacos, baos de carne, hot dogs hasta disfrutar de una tapa marinera a base de ostras. Cada tapa se maridaba con un tipo diferente de Mahou para realzar el sabor del plato y, para no quedarse con ganas de probar todos, durante el festival, un Comando Mahou animaba a participar y conseguir puntos canjeables en consumiciones participando en catas a ciegas, reciclando envases o retándose en el Mahou Challenge y demostrar que lo saben todo de cultura cervecera.
Por si el tándem música y tapas con cerves fuera poco, la experiencia gastrofestivalera se completaba con talleres y actividades como un taller de nail art para customizar uñas con motivos gastrocerveceros, poner a punto la barba en la beerbería, un taller de fotografía para sacar las mejores instantáneas de comida en Instagram, un showcooking de recetas con cerveza o aprender a customizar gorras y camisetas con parches, tachuelas y chapas de Mahou.
La calle Pez se pone de fiesta gracias a Mahou. Con la acción ‘Celebra tu Calle’, Mahou junto con el apoyo de las asociaciones de vecinos del barrio de Malasaña, volvió al barrio que le vio nacer para cerrar la calle Pez con música, humor, arte urbano y gastronomía. Desde medio día hasta la tarde-noche, la madrileña calle fue escenario de actuaciones musicales cada dos horas como la de Joe Crepúsculo; se sucedieron también los monólogos de Dani Mateo, Ignatius Farray o Alex O’Dogherty.
El lado artístico se centró en una acción de street art en directo con la intervención de distintos grafiteros e ilustradores. Y para practicar el arte en pequeña escala todos los que pasaban a disfrutar de la música y el humor en la calle Pez podían participar en los talleres de serigrafía o de nail art. Además el cercano Teatro Alfil se convirtió por un día en el Espacio Mahou para poder disfrutar de una oferta gastronómica basada en bocadillos maridados con Mahou y sesiones de dj.