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La comunidad TAG vuelve a reunirse en clave solidaria

La comunidad TAG vuelve a reunirse en clave solidaria

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Eric Mottard
¿Cuánto pesa nuestra industria?   Los organizadores se mantienen optimistas para el 2025 pero piden más flexibilidad El mercado de incentivos mira al 2025 con optimismo, sin euforia
Si has leído nuestro estudio de mercado (lo que no dudamos…), sabrás que más que los fuegos artificiales, la experiencia tecnológica o la adrenalina, el plato fuerte este año es simplemente la relación, el evento como conector de personas, creador de experiencias compartidas. Un back to basics masivo heredado de la pandemia, de cierta fatiga digital, y sobre todo del entendimiento de que lejos del big data, las decisiones las toman humanos, con lo cual tiene sentido conectar con ellos y crear la relación que facilitará los negocios ulteriores. Es algo que la asociación Travel Advisors Guild (TAG) aplica desde hace años, en su “encuentro entre amigos” de dos días, pero también en su “día de la comunidad TAG”, un evento de puro networking informal de una mañana. Se celebró en el Meliá Barajas el 26 de abril, y estuvimos allí, viviendo un día de alegría, conexiones, y solidaridad.

El evento congregó a un centenar de personas, miembros de esta asociación de agencias de viajes independientes, de toda España, tanto las agencias miembros como los proveedores que forman parte de esta comunidad (hoteles, rent-a-car, aerolíneas, etc.). Fue otro de estos reencuentros que desde la pandemia saben a gloria, como lo verás en las fotos. Y el evento, lejos de ofrecer formación y análisis de tendencias, se enfocó totalmente en la parte humana. Empezó con una bienvenida con charla de Christian Boutin (Amadeus) y de la presidenta de la asociación Leixuri Vilar además de de Ignacio Soler, el managing director de TAG. Pero fue breve: el plato fuerte tenía lugar en el jardín del hotel.

La actividad consistió en un teambuilding solidario gestionado por Exploramás. Divididos en grupos de 6-7 personas, todos nos pusimos a ensamblar bicis que se donaría al acabar al hogar de San José de la Montaña. Cada grupo tenía que solucionar retos para poder conseguir las herramientas necesarias para montar las bicis. En dos horas, cada grupo había montado su bici en un trabajo de equipo, echado unas risas a la hora de hacer un origami o desatarse de unas cuerdas (algo que parecía imposible). También tuvimos que dibujar una carta para el niñ@ que recibiría la bici. La parte de sensibilización y emoción vino de la responsable de este hogar que explicó su labor, la vida de estos niños en situación precaria, y la personalidad de cada niño que recibiría la bici (a veces esta actividad se hace en presencia de los niños, lo cual fortalece el componente de sensibilización y de emoción de la actividad). Fotos de equipos, foto de grupo, algo de tiempo libre, y pasamos a la comida en el jardín antes de acabar el evento, más conectados a la comunidad TAG.

Quizás los eventos son sencillos: pasar tiempo juntos, entenderse entre personas, y si es viviendo una actividad que tiene sentido, pues mejor aún… Y un pequeño mensaje personal: gracias a la comunidad TAG y a la generosidad de su equipo de organización, Irene, Reyes, Raquel e Ignacio (además de Rafa el MC ahora casi oficial), que hacen las cosas con pasión y humanidad.

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