Incentivo al corazón de Europa: Viena y Praga
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1 de marzo: primer día; primer contacto con Viena
El grupo salió repartido entre Valencia y Madrid dirección a Viena. Tras la recogida del equipaje el guía local los esperaba para disfrutar del primer contacto con la ciudad con una breve visita panorámica de Viena en autocar donde pasaron por el río Ring, vieron el Parlamento, el Ayuntamiento, el distrito de los museos, la catedral de San Esteban, el Palacio Imperial de Hofburg, y la elegante calle peatonal Kartnerstrasse.
Llego la hora de comer: parada para el almuerzo en el restaurante Salm Briiu, que ofrece especialidades de cerveza fabricadas de forma casera siguiendo antiguas recetas y el amor a la comida casera vienesa. Después, visita a la casa Hundertwasser, también llamada casa de los colores, se trata de un complejo residencial con un aspecto muy original construido entre 1983 y 1986.
Y para cenar: el restaurante Marchfelderhof. Un lugar ideal para degustar los platos típicos de Austria. Como curiosidad… El restaurante está repleto de variedad de objetos acumulados en sus más de 100 años de historia. “Se les dio la bienvenida en una alfombra roja mientras sonaba música vienesa durante la entrada y la cena”, nos señalan desde Diwoto Travel.
Segundo día: visita a palacios y recorrido histórico
Tras el desayuno en el hotel, visitaron el Palacio de Schéinbrunn. Durante el recorrido por el palacio, el guía explicó al grupo detalles sobre los diferentes acontecimientos que tuvieron lugar en el palacio durante la época en la que la corte de los Habsburgo disfrutaba al máximo de su esplendor. Algunas de las estancias más llamativas del palacio son la Gran Galería, utilizada para celebrarlos banquetes imperiales, el Salón Chino Circular, utilizado por Maria Teresa para mantener sus conversaciones privadas con su canciller, el Salón del Desayuno, utilizado para tal fin, o el Salón Chino Azul, que vio abdicar a Carlos I en el año 1918.
Parada para almorzar en el restaurante Zwolt-A postelkeller. La casa en la que se encuentra el restaurante es mencionada por primea vez en 1339. Hoy cuenta con una sala gótica del siglo XV y en cualquiera de sus estancias, en ella, pudieron degustar especialidades vienesas y un buen vino de la vinoteca.
Tras el almuerzo, tuvieron un rato para disfrutar la ciudad, y a media tarde visitaron un típico café donde degustaron el café vienés y la conocidísima tarta Sacher (considerada como uno de los dulces más ricos de Viena). Tras este manjar, se reunieron en la puerta del hotel para realizar una visita al Palacio de Auesrpeg, un palacio barroco que cuenta con un jardín privado de 600 m2 es, desde su fundación, el hogar de la Wiener Residenzorchester.
Cerraron el día con una cena en el centro de la ciudad en el restaurante flachutta Wollzeíle: las familias viensas, los empresarios, las estrellas y los VIP de todo el mundo adoran venir a Plachutta Wollzeile para saborear el famoso Tafelspitz (carne hervida) y la clásica cocina vienesa en su máxima expresión.
Camino a Praga: tercer día
Praga es la capital de la República Checa y la región de Bohemia. La ciudad, con más de un millón de habitantes, es también conocida como La Ciudad de las Cien Torres o La Ciudad Dorada. “Visitar Praga es como introducirse en un cuento de hadas con mágicas torres acogen a pacientes princesas”, nos señalan desde Diwoto Travel.
Llegada a Praga para cenar en un lugar típico y divertido, el restaurante Fleku, una cervecería más antigua de Praga pues cuenta con más de 500 años de tradición. Aquí disfrutaron de la cerveza checa (cerveza negra llamada Flek 13), además de conocer su proceso de fabricación y visitar el Museo de la Cerveza. Al día siguiente, visitaron la zona del Castillo de Praga (Hradcny) y tras el almuerzo, la Ciudad Pequeña (Mala Strana). Además, visitaron la Catedral de San Vito, la mayor obra gótica de Praga, y vieron el Antiguo Palacio Real creado en el siglo IX como un primitivo palacio de madera. Para terminar: visitaron el llamado Callejón de Oro: una calle corta, estrecha y preciosa situada en el interior del Castillo de Praga y que debe su nombre a los orfebres que la habitaron en el siglo XVII. Pequeño descanso, y para recargar las pilas: almuerzo en elrRestaurante U Trífstrosu, conocido como Las Tres Avestruces, donde degustaron cocina internacional, pescados y, por supuesto, especialidades checas.
Tras el almuerzo, visitaron la Ciudad Pequeña, considerada la construcción barroca más bonita de Praga. Esta se encuentra en la calle Karmelitska, y para terminar el día y el incentivo, cenaron en un lujoso restaurante dentro del conocido y emblemático edificio ‘Hanavks y Favílon’.