Heineken juega al pinball en el centro de Milán
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Publicis Italia pensó que para que una reunión de amigos en una sala de estar cualquiera se convierta en auténtica diversión, la cerveza tenía que hacer acto de presencia. Con esta idea montaron un enorme salón comedor con sofás, sillas, mesas, rinconeras, etc…en el que todo cambiaba cuando se animaba a accionar el grifo del dispensador de cerveza. En ese momento el salón se iluminaba como si de un tablero de juegos se tratara y una enorme bola hacía acto de presencia chocándose y moviéndose por el salón.
Sí, la sala de estar se convertía en una mesa de pinball gigante con la que los transeúntes podían echarse una partida controlando la pelota que rebotaba y multiplicaba puntos al chocar con el mobiliario del salón.