Halcón Eventos ‘australianiza’ a un grupo de 130 distribuidores
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Para australianizarse se entregó a cada participante un pasaporte que irían sellando cada vez que vivirían una experiencia local como por ejemplo pintarse la cara como los aborígenes, probar el vegemite (una extraña y australiana pasta para untar en las tostadas o galletas del desayuno, que por su especial sabor no suele gustar fuera de Australia). Al final del viaje se votaba entre los que más sellos tenían en su pasaporte y el ganador consiguió un didgeridoo.
Empezaron esta aventura en las antípodas en la zona de Cairns y la gran barrera de coral antes de ir a Sídney. ¿Motivos? Por un lado, el agua y la playa ayudan a recuperarse del jet lag, y por otro, en opinión de los organizadores, Sídney es tan increíble que le gana el pulso a cualquier playa y merecía ser colofón final. En esta zona de Cairns (Patrimonio de la Humanidad) siguiendo la tendencia de personalizar experiencias, el grupo pudo elegir entre volar en helicóptero, visitar una reserva natural, hacer rafting y bucear en aguas de ensueño. Por la noche, se organizó en la Rain Forest una cena bajo una enorme carpa, parcialmente abierta, para disfrutar del entorno. Y bajo esta carpa, cóctel con champagne, música en directo, espectáculo de fuego y vieron tocar el famoso didgeridoo.
Al llegar a Sídney, el grupo hizo una regata por la bahía con equipaciones, skippers… Una competición que incluyó entrega de premios. Australianizarse suponía surfear así que en la playa de Bondi, y divididos por grupos, los que quisieron asistieron a clases de surf, otros optaron por a lomos de una Harley perderse por las calles de esta ciudad. Comieron en la playa de Bondi donde se les habían preparado hamacas personalizadas y neveras con su ‘picnic playero’ y bailaron. Fue así como, de manera informal y por casualidad, surgió la que sería la canción del viaje: ‘Sweet Caroline’ de Neil Diamond; canción que el grupo volvería a cantar de forma espontánea muchas veces a lo largo del viaje y que resultó ser un elemento de cohesión de grupo. Y hablando de música, y para finalizar el viaje, asistieron a una ópera muy especial que fue montada en la bahía antes de la cena de gala que les esperaba en un barco.
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