¿Es posible conectar con el equipo en un teambuilding virtual? Así fue nuestra experiencia
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A la hora acordada entramos todos en la sala principal donde comenzaría el challenge. Marc Ribas de Humanside nos daba la bienvenida con mucha energía y nos explicó los primeros pasos para adentrarnos en esta aventura virtual. Lo primero, formar los equipos, y después presentar la dinámica del tablero de juego. Una vez teníamos todos claro quiénes eran los miembros de nuestro equipo y cómo teníamos que jugar, nos fuimos (virtualmente) a las salas privadas con las que cuentan las plataformas de videoconferencias para renombrarnos con el número, el color y el apodo con el que íbamos a presentarnos cada equipo de guerreros. Las pruebas fueron diseñadas reproduciendo la esencia de las actividades de teambuilding presenciales, pero hay que decir que hacerlas en remoto, cada uno desde su casa, es un reto mayor aún. El principal objetivo era conectar, más allá de las reuniones de trabajo y los múltiples webinars, para mantener y reforzar el espíritu guerrero que cada uno tiene dentro y utilizarlo para luchar como equipo. Todos listos, tiramos los dados y empezamos a descubrir los retos que se ocultaban en el tablero.
El primero, como no, vestirse de guerrero. Creatividad al poder. Había que buscar por casa un atuendo en el que uno de los elementos fuese igual para todos e ir conjuntados con el resto del equipo. Todo en tan solo 2 minutos. Esto requiere ponerse de acuerdo, tomar la decisión sobre qué objeto llevaríamos todos igual y buscar la solución cada uno de manera individual, pero en sintonía con los demás. Siguiente reto, las pinturas de guerrero en la cara, cada persona del equipo tenía que lucir el mismo diseño y del mismo color, una gran labor de coordinación para superar esta prueba. A continuación, para fomentar el espíritu guerrero, la Haka, ya sabéis, ese ritual maorí con el que los All Blacks inician sus partidos (algunos lo experimentaron en el BED). Había que crear una coreografía propia y original con una serie de mínimo 4 movimientos diferentes y aterrorizar a los otros equipos. La siguiente prueba nos sirvió como entrenamiento para la vuelta, porque todo buen guerrero necesita una buena preparación física… Así que cada equipo tuvo que elegir una disciplina deportiva y hacer todos algo relacionado con la misma, bien coordinados y con la máxima sincronización. Algo clave en todas las pruebas era la gestión del tiempo, porque el máximo eran 3 minutos, y pasado ese tiempo, había que volver a la sala principal a presentar el resultado.
Finalmente, cada equipo creó su grito de guerra original, divertido y motivador para terminar con un brindis y celebrar la experiencia de trabajar todos juntos y lograr los objetivos.
Recomendaciones: para realizar este tipo de actividad es importante estar en una habitación vacía, sin ruido o distracciones, donde te puedas mover y hablar libremente. Esto es otro reto añadido, especialmente si tienes hijos o convives con alguien, pero no pasa nada, tan solo te mirarán raro cuando te vean hacer las pruebas.
Los retos nos obligaron a salir de la zona de confort, retomar esos vínculos que a pesar de la distancia y el confinamiento, se han mantenido firmes, y creamos un momento de conexión todos juntos en el que nos lo pasamos muy bien, nos reímos mucho, y la risa es la curva que lo endereza todo 🙂