El viaje sensorial de Beauty Vision
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La agencia quiso ir más allá y ampliar el concepto de belleza con otras ramas de las artes escénicas transportando a los asistentes a través de diferentes performances: bailarines de múltiples disciplinas que danzaban vestidos de forma muy llamativa (con maquillajes y estilismos muy elaborados), una soprano lírica que interpretaba ópera, un violinista, modelos que desfilaban con las últimas tendencias, y dos DJ que actuaban en tandem. En total, 12 artistas fueron el hilo conductor que unía cada una de las fases del evento y daban paso a los estilistas que iban a presentar sus creaciones en directo. Para estas actuaciones hubo cuatro maquilladores y dos estilistas que vistieron a los artistas con ropa de alta costura confeccionada especialmente para la ocasión.
Uno de los grandes retos de este espectáculo fue el poco tiempo de montaje con el que contaban. Comenzaron la noche previa al evento y en el mismo día se completó toda la escenografía. Daba la complejidad tuvieron que coordinarse con tres grupos de modelos diferentes que venían contratados directamente por las marcas, sin mucho tiempo para ensayar, pero el trabajo contrarreloj es un clásico en eventos, ya lo sabemos…
La puesta en escena requirió un staff amplio, con una doble regiduría para gestionar correctamente todas las salidas de los modelos, estilistas, actuaciones, bailarines, etc… y medir minuciosamente los tiempos para que encajara el gran despliegue audiovisual que acompañaba a cada presentación. Además se coordinaron dos equipos técnicos, uno que era el proveedor del evento y otro dedicado a todos los desfiles y a otros eventos del salón. También se encargaron de la logística relacionada con los más de 700 asistentes.
El equipo creativo concibió la pasarela como un todo cerrado donde las transiciones entre un profesional y otro no fuesen punto y aparte, sino una progresión en el espectáculo. “El show daba comienzo antes incluso de traspasar las puertas del auditorio. Que los invitados se acomodasen en un espacio con una luz tenue, humo y sombras repartidas por el espacio producían en el público un estado de alerta idóneo para captar su atención”. Una puesta en escena arriesgada y atrevida pero en la que la agencia jugaba con ventaja, “haber estado presentes en anteriores ediciones nos da la experiencia suficiente como para conocer el tipo de público y la valentía para proponer otras ideas”, explica Santiago del Hierro, director de DHM.