El OFFF sitúa a Barcelona en el epicentro de la cultura digital
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El tatuaje electrónico que revolucionará la interacción en los grandes eventos
Cien personas pudieron testear este proyecto de tecnología epidérmica creado por ELISAVA, Escuela de Diseño e Ingeniera de Barcelona, en un entorno real. Se trata de una implementación de una piel nanotecnológica de estética similar a un tatuaje efímero. Este sistema se adhiere a la piel de forma inocua gracias a una tecnología avanzada que se materializa en una lámina extrafina que se adapta a la textura de la piel y que se colocó en el antebrazo de cien asistentes seleccionados. El sistema facilita la interacción entre la persona y un sistema global de datos. El dispositivo recoge datos de esta interacción, que posteriormente podrán ser procesados y tratados para proporcionar una mejor experiencia en las personas que lo llevan. En el entorno del festival se dispusieron diferentes puntos identificables para que el usuario acercara su brazo y pudiera interactuar con los accesos del espacio.
Este es un proyecto relevante en el desarrollo de tecnología que un futuro ya prácticamente inmediato será decisiva para el acceso a los recintos, el pago electrónico o la gestión de datos personales directamente de un sistema inocuo e integrado en nuestro cuerpo.
Foto: Chris Milne
Un festival de festivales
El OFFF se ha convertido en un hub de microeventos de diferentes formatos que se van sucediendo de forma trepidante a lo largo del evento marco. En esta edición se puso en marcha la nueva iniciativa Backwards, una plataforma en la que los artistas exploraron sus límites creativos sin limitaciones ni etiquetas, solo creatividad en estado puro; el Blanc x OFFF, que repitió del año pasado su apuesta por hacer crecer la comunidad creativa nacional; OFFF Friends, un encuentro especial entre grandes del diseño para compartir proyectos y procesos creativos; Null + Void, una instalación interactiva en la que el diseñador Joshua Davis fue generando creaciones en una pared de grandes dimensiones, que se imprimían a tiempo real para que los asistentes pudieran llevarse un poster de su obra en el momento; y Hustelmania, un combate de creatividad en el que James White y Gavin Stange protagonizaron una batalla creativa a través de emocionantes historias, altibajos, proyectos creativos y lecciones aprendidas a medida que navegaban por el peligroso mundo de las artes.
Foto: Chris Milne
Diferentes escenarios y actividades en el Museu del Disseny de Barcelona
Los 5.000m2 del Museu permitieron un despliegue de escenarios en los que de forma simultánea pasaban cosas: Roots, el altavoz del OFFF y escenario donde pasaron los principales artistas, el Openroom, íntegramente dedicado al talento emergente, y el And, donde se desarrolló la nueva propuesta Backwards. Además el Mercadillo, donde los emprendedores, artistas, inventores y diseñadores podrían vender sus productos y diseños; una Fun Zone, con los food trucks más neoyorquinos como Caravan Made, Eureka Street Food, Nomad Coffee, Maria una crep, Pizzeria di maya y The Juice House y, por supuesto, la terraza Moritz, patrocinadora del festival; y el Adobe Experience Lounge, en donde los asistentes podían realizar sus propias creaciones y llevárselas a casa, asistir a workshops de 30 minutos con artistas invitados y ver sus portfolios revisados por algunos de los ponentes.
Foto: Chris Milne
Hector Ayusa y Pep Salazar
Hector fundó en el año 2000 este festival que se ha extendido más allá de Barcelona con el sello OFFF on Tour que llega a visitar hasta cinco países al año consiguiendo llegar a un público de más de 20.000 profesionales creativos y estudiantes, con el reconocimiento de un León de Oro ganado en Cannes en 2011. A su lado, como director ejecutivo se encuentra Pep Salazar, director del Mobile World Centro.