EDT trae Dubái al Palacio de las Alhajas
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El evento se articuló como un viaje sensorial arrancando con el discurso del CEO de la compañía que fue acompañado por una performance de pintura, música y efectos de luz. A medida que iba avanzando en su speech, un artista, utilizando pegamento de contacto, iba pintando brochazos invisibles y que hacían referencia a las palabras clave del discurso. Una vez finalizada la intervención, aparecía la magia y el artista descubría lo invisible hasta el momento lanzando purpurina de colores que caía sobre el pegamento y revelaba las palabras.
Esta intervención dio paso a un mapping con un montaje de imágenes relacionadas con el destino y que ambientaron el espacio evocando el desierto, la explosión de la vida de los oasis o pasando de las ancestrales tradiciones de Oriente Próximo a los rascacielos de las ciudades más modernas de los emiratos. Todo reforzado con un juego de luces que se plasmó en un corpóreo en forma de esfera que presidía el escenario, sincronizándose con el mapping, y que arrancó el evento simbolizando el sol y la luz del desierto, para ajustarse a la proyección, oscureciéndose y convirtiéndose en luna, acompañando el resto de la velada.
A continuación, los invitados pudieron conocer de cerca la tradición cetrera de los países árabes antes de degustar el exótico cóctel que les esperaba en la última planta. Un cóctel inspirado en la gastronomía árabe que se acompañó con bebidas tradicionales y que junto con los aromas de las shishas, se mezclaba con los juegos de luces que ambientaron la música en vivo de un trompetista.
Como recuerdo de la noche, una escriba profesional trazaba el nombre en árabe de cada asistente para que se lo pudieran llevar a casa en un pergamino.