Diwoto organiza un “pionero” viaje de incentivo en Ribera de Duero
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Al llegar se alojaron en el Hotel & Spa Arzuaga, donde les entrega sus equipos de seguridad: dos mascarillas (cada día las renovaban), una funda de lino para guardarlas y un gel hidroalcohólico en spray. El primer día cenaron en Fuente Aceña, un hotel boutique escondido a orillas del río, en un antiguo molino harinero rehabilitado. Un oasis de paz en el que degustaron platos típicos de la tierra, separados por parejas a un metro y medio de distancia.
Al día siguiente visitaron Abadía Retuerta LeDomaine, uno de los templos del enoturismo en la ribera del Duero, donde recorrieron las fincas de viñedos en Land Rover (todos con mascarillas) un vehículo por cada 4 personas para guardar la distancia, y conocieron la historia de la Abadía, sus rincones y sus vinos que pudieron disfrutar en un cata exclusiva. Después, el almuerzo en la vinoteca y regreso a Arzuaga, donde les esperaba una relajante experiencia en el spa, con masajes privados, de manera individual. Esa noche cenaron en el restaurante tradicional del hotel.
El viaje continuó con una visita a Peñafiel, localidad cercana donde se encuentran las bodegas de Pago de Carraovejas, que visitaron junto a los viñedos, antes de hacer una cata con degustación. No se podían ir sin probar el típico lechazo de Peñafiel, en el Lagar de San Vicente, una antigua bodega subterránea en la que tenían un espacio privado para estar tranquilos y seguros. Al terminar, subieron al Castillo de Peñafiel, donde está ubicado el Museo del Vino y tienen unas preciosas vistas de la ribera. Hicieron el recorrido con un guía y separados por grupos o por familias. Antes de volver al hotel pararon en la Plaza del Coso de Peñafiel, la más antigua de España. Y por la noche cenaron en el Taller de Arzuaga, estrella Michelin, un menú con maridaje.
En la finca de Arzuaga visitaron su fauna, vanados, jabalíes… y dieron un paseo entre viñedos disfrutando de la naturaleza, con un aperitivo en el trayecto, visita a la bodega y cata. Por la tarde paseo en calesa de caballo por los viñedos para terminar en una cena en el jardín, con barbacoa, música… que sirvió de despedida a estos 5 días de inmersión en la Ribera del Duero.
La agencia creó un grupo de whatsapp para mantenerles informados de todo y que pudieran ver el programa, las minutas de menú, los vídeos con protocolos de seguridad y todo lo necesario sin tener que tocar nada en papel. El conductor del minibús y el responsable de la agencia que les acompañaba se hicieron el test PCR para dar más seguridad. En todas las visitas se les tomaba la temperatura y les daban el kit completo de protección. Además, un seguro daba cobertura a posibles casos de contagio, tanto a los asistentes como al personal del hotel, de las visitas, etc…
“Con toda esta situación íbamos un poco temerosos, pero la experiencia ha sido muy buena y todo ha ido muy bien. La persona de la agencia Diwoto que nos acompañaba estuvo pendiente en todo momento de que todos estuviéramos cómodos y nos sintiéramos seguros. En todas las visitas nos daban mascarillas y gel, además éramos pocas personas y las distancias se contralaron muy bien, en las catas de vino sentados estábamos separados y hemos disfrutado de las actividades sin problemas, todo estaba muy controlado y nos hemos sentido a gusto”, cuenta una de las asistentes al incentivo.
“Seguro 100%, todo muy controlado, y las distancias aseguradas al máximo, de hecho, las mesa más cercana estaba a casi 3 metros, y en todos los sitios que hemos visitado nos han tratado de maravilla, con muchas atenciones para que nos sintiéramos cómodos y seguros y pudiéramos disfrutar de la experiencia. Ha sido uno de los viajes más tranquilos y en los que he estado más a gusto. La gente estaba muy concienciada, se ponían la mascarilla entre plato y plato en las comidas. Los que asistieron tenían sus dudas al principio, es normal, pero cuando han visto cómo estaba organizado y cuántas medidas de seguridad se aplicaban, se han relajado y has disfrutado mucho, repetirán cuando hagamos otro incentivo”, dice otro de los asistentes al incentivo.
De hecho, en septiembre, si es posible, la empresa hará otro viaje de incentivo a Cádiz, se alojarán en el Meliá Santi Petri en Cádiz y vivirán una experiencia gastronómica en A Poniente, el restaurante del chef del mar Ángel León.