Creatur monta el ´Al Andalus Dream´ en Marbella
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Creatur organizó a mediados de octubre un incentivo para 50 vendedores estadounidenses de Acura, la división de lujo de Honda. El viaje duró seis días y combinó la capital con Marbella, ciudad que se escogió porque permitía hacer una escapada a Marruecos, algo que atraía mucho al cliente.
Una cena de bienvenida en el Hotel Villamagna abrió el programa de actividades del grupo en Madrid, donde disfrutaron de una visita a la plaza de toros de Las Ventas. Allí, unos figurantes vestidos con el traje de luces se hicieron fotos con los asistentes.
Las jornadas en la capital también incluyeron una escapada para descubrir Toledo, así como visitas panorámicas a la ciudad y degustaciones de lo mejor de la gastronomía española en varios restaurantes madrileños emblemáticos.
Bailarinas acuáticas de Paraddax
Para desplazarse a Marbella se optó por el AVE, y tras el viaje los asistentes acudieron al Hotel Finca Cortesín, donde se les recibió con una cena de bienvenida de temática mediterranea en la piscina. Una banda de jazz ambientaba el espacio, mientras todos los ojos se dirigían hacia una bailarina de burbuja flotando en el agua, que venía de la mano de Paraddax.
Excursión marroquí
Una de las jornadas marbellíes se dedicó a visitar Tánger, ciudad a la que llegaron mediante una combinación de autobús y ferry y en la que hicieron un tour panorámico.
El broche de oro al viaje lo puso la noche árabe en que se convirtió la cena final de gala. Bautizada como ´Al Andalus Dream´, recreaba épocas pasadas en las que los árabes trajeron su ciencia y su cultura a tierras andaluzas.
Maestras de la danza del vientre
Para el evento, Creatur optó por una transformación total del salón, de unos 300m2, mediante un decorado perimetral en cartón-pluma imitando motivos geométricos árabes. Se dividió el espacio en dos ambientes: El primero de ellos contaba con un escenario y seis mesas dispuestas en forma de U. En el escenario central se sucedieron los espectáculos de danza del vientre, para los que se contó con bailarinas de cada especialidad: sable, velos, serpientes, etc.
Otro espacio del gran salón se ambientó como una tetería oriental, llena de alfombras y mesas bajas de cobre, que incluía pipas árabes para los asistentes que quisieran probarlas. Tras la cena, se pasó a este espacio, en el que también se sirvieron las copas, y el ambiente siguió hasta tarde.
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