Black Code Night by Bulldog: cuando el evento gira alrededor de una botella
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Jugando con el color negro y la connotación de secretismo y discreción que tiene asociado, la marca ha puesto en marcha las Black Code Night by Bulldog. Cuatro eventos que se celebran en distintas ciudades españolas y en las que el negro, el de la botella de Bulldog, es el protagonista.
En el registro al evento, el concepto de secretismo ya se hacía patente ya que al registrase en la web www.blackcodebulldog.com se recibía un código QR que servía para el acceso al venue el día del evento.
Tanto en Barcelona, sala Bling Bling, como en Madrid, Teatro Kapital, solo con este QR se podía acceder a la fiesta. Una vez dentro lo que nos encontrábamos era a dos agentes de seguridad custodiando una urna con una botella de Bulldog dentro como si de una valiosa pieza de coleccionista se tratara.
En el photocall la botella también fue la protagonista, pero de una original manera. Los asistentes saltaban sobre una cama elástica para hacerles la foto. Estas fotos se retocaban en el momento para que cada invitado pareciera como si estuviera saltando dentro de una botella de Bulldog. Las imágenes se iban proyectando en las pantallas del local y además los asistentes las podían compartir en sus redes sociales.
El evento se pensó para que los asistentes además de divertirse pudieran conseguir, mediante distintas pruebas dignas de un súper agente secreto, la codiciada botella. Para ello, la empresa Emotion Experience creó una serie de pruebas y actividades durante la noche en las que la botella era el elemento con el que los asistentes tenían que interactuar para conseguir distintos productos de merchandising:
– Un puzzle interactivo en una pantalla táctil de 42´´ y de 3m de altura, donde los asistentes tenían que mover las fichas para formar la figura de una botella de Bulldog.
– Una botella gigante corpórea de 1,85m de altura cortada en piezas horizontales y que los asistentes tenían que ordenar por parejas hasta formar la botella completa.
– Desencriptación de códigos: por cada consumición de Bulldog se repartía un código que los asistentes podían meter en un teclado numérico de una futurista caja de seguridad con regalos promocionales. Si el código era correcto la vitrina de seguridad cambiaba de color, del rojo al verde, se abría y el participante podía recoger su regalo.