¿Beber debajo del agua con Hendricks? Los retos que superó el evento Pubmarine
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La magia del mar, en una ginebra
La maestra destiladora Lesley Gracie quiso hacer un homenaje a “las gloriosas delicias sensoriales de la costa” y por eso creó Neptunia, una edición limitada de una ginebra que consiguió capturar “la magia del mar”, a través de diferentes botánicos marinos. Ante tal creación, el ‘Gabinete de Curiosidades’ de la marca se puso en contacto con la agencia True Pr para que trabajara en el concepto creativo de la presentación. Teniendo en cuenta la inspiración marina a la hora de crear la ginebra y las ganas de hacer algo “inusual y refrescante”, surgió la idea de hacer el primer bar submarino de la historia.
Pero más allá del reto de diseñar un evento “Big Idea” que fuera único e insólito, Hendricks tenía en mente otros objetivos que quería conseguir con el lanzamiento: generar notoriedad en medios de comunicación, impacto en el público sin que fuera necesaria la prueba de producto, trabajar la “inusualidad y el concepto refrescante” ligados al concepto creativo del producto.
Desarrollo del proyecto
Como reconoce Pedro Pablo de Fazeta, el evento supuso toda una odisea. El primer paso fue encontrar la manera de hacerlo viable trabajando paralelamente en las preguntas dónde y cómo. En cuanto al dónde, no valía cualquier espacio, tenían que encontrar un sitio que se adaptara a las particularidades del evento, como tener a gente no experta en buceo (en total 20 personas) a 7-8m de profundidad, tomándose una copa, que fuera seguro y agradable y que estuviera ligado a los valores de preservación de la posidonia de Hendricks. Aunque se barajaron opciones como Ibiza o Mallorca (con la idea de hacerlo en el mar), se descartaron porque demasiados factores podían interferir en el buen desarrollo del evento. Finalmente, el escenario elegido fue el Atlantis Aquarium de Madrid, poco conocido en ese momento, de fácil acceso y según Pedro, “espectacular”.
Para dar respuesta al cómo, se pusieron en contacto con varias empresas especializadas en trabajos subacuáticos, que suelen trabajar con equipos que se caracterizan por ser más autónomos. La particularidad de esos equipos es que el oxígeno no se obtiene de una bombona, sino que viene del exterior a través de un tuvo hasta la escafandra (que pesaba entre 25-28 kg).
“Crear un bar debajo del agua no era el problema, el hándicap era que los asistentes pudieran interactuar allí y tomarse una copa, eso era lo que lo hacía especial”, señala Pedro. Por eso, realizaron una labor de investigación para terminar diseñando un recipiente que tenía como base los sistemas que utilizan los deportistas para hacer ultramans y maratones, que son las camelbags. Aparte de eso, se fabricó un recubrimiento que permitía tener un vaso brandeado.
Diseño y montaje
Una vez elegida la localización y establecido cómo se iba a hacer, empezaron las prospecciones (que como todo en este evento se salía de la norma), enfundados en trajes de buzo, ya que, la pieza central de la escenografía debía estar bajo el agua.
El diseño de todos los elementos decorativos, siguieron los parámetros estéticos victorianos de la marca. En concreto, se puso especial atención a la creación de la barra subacuática, que tenía que parecer que llevaba muchos años debajo del agua, con aspecto de antigua. Se creó una estructura efímera de madera de unos 6×2 m, que tuvo que fabricarse con materiales “totalmente diferentes a los que estamos acostumbrados a usar en eventos”, explica Pedro. Se usaron resinas naturales y pintura sin ningún tipo de químicos, ya que tenían que ser productos no contaminantes y respetuosos con el entorno marino; pero al mismo tiempo, debían aguantar en el tiempo y al agua salada.
A la hora del montaje, la complejidad estaba en tener que bajar a 8m esa estructura, por eso se construyó la barra en varias piezas que se juntaron una vez ubicadas en el fondo del estanque. La barra estaba hueca por dentro, para que pudiera entrar el agua y así maximizar la estabilidad de la estructura, que por seguridad también se ancló al suelo.
Principales retos
A la hora de organizar un evento siempre existen dificultades y retos que superar, en este caso el principal era hacer algo que nunca antes se había hecho, y que por lo tanto no contaba con ningún precedente. Esto puso un punto extra de tensión al montaje, ya que no tenían bien definidos los tiempos, aparte de contar con poca previsión ante posibles errores. “Nuestro mayor miedo era que no sabíamos cómo iba a reaccionar la estructura bajo el agua”, cuenta Pedro. En los eventos siempre se debe tener un plan A, B y C, en este caso, había un plan A y, aunque existía uno B, “no habría sido lo mismo, habría perdido toda la espectacularidad”.
La caracterización del buzo que debía servir las bebidas en el Pubmarine también fue una odisea, ya que, utilizando el mismo sistema que los trajes de los asistentes, tenían que conseguir que estuviera mimetizado con la estética general del evento.
Otro aspecto que se trabajó mucho fue la parte de recibimiento de los asistentes y las explicaciones que debían darse para bajar al tanque. Al tratarse de gente inexperta en la materia, debían entender que pese a ser una actividad lúdica, “era una experiencia compleja y había un componente de riesgo”, asegura Pedro. Por eso, durante todo el evento hubo un equipo médico listo por si había que resolverse cualquier tipo de incidencia.
“A pesar de que en un inicio el proyecto era una auténtica locura, según iba avanzando y todo se iba definiendo, todos teníamos claro que tiraría adelante y el resultado fue todo un éxito. Puede sonar a topicazo, pero el trabajo en equipo (por parte del cliente, las agencias y los proveedores) fue determinante y lo ha hecho todo mucho más fácil”.
Impacto
La repercusión de la presentación superó todas las expectativas. Se realizaron casi 60 stories y cuatro posts en Instagram de 13 perfiles diferentes. Además, se llegó a una audiencia potencial de 967.400 usuarios únicos, que supusieron 1.682.192 impactos en esa plataforma. La repercusión mediática también fue notoria, con más de 1.316 impactos en prensa y TV, lo que se tradujo en 3.496.604.787 usuarios únicos en medios (audiencia potencial). Por otra parte, se consiguieron 12.519.946€ de Ad Value y 31.299.865€ de PR Value; además de un 100% de sentimiento positivo.