Altadis baja a las vías y sube en metro para celebrar su convención nacional
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Siguiendo con la frescura y la irreverencia de la cultura urbana, la agencia propuso también un formato diferente para la celebración de la sala plenaria, eligiendo el espacio Rolling Chamartín, una pista de patinaje indoor donde se suelen celebrar sesiones de rolling dance. Además al estar situada junto a la estación de Chamartín reforzaba otro de los elementos que estuvieron presentes en la convención y que fue el mundo ferroviario.
La disposición del escenario se planteó como una arena de anfiteatro romano, el foso era una pasarela rodeada de dos gradas donde se situaban los 400 asistentes. Las presentaciones y los videos se exponían en dos pantallas situadas sobre cada grada y el suelo era un gigantesco mapping donde se proyectaban efectos visuales que acompañaban los discursos y a las entradas de los ponentes.
Proyecciones con motivos de líneas de metro, billetes de tren acompañaron los mensajes más corporativos junto con la actuación del dúo de raperos Conciencia Urbana.
Cena a pie de vía
Tras la reunión, llegó el momento de cambiar el metro por los trenes de mercancías y desplazarse al centro logístico de Adf en Abroñigal para celebrar la cena y fiesta de la convención entre los contenedores apilados e las vías del tren. Dentro de una gran nave, varios trenes antiguos que se podían visitar acogían a los visitantes y a las estaciones de buffet que hacían un recorrido gastronómico por los mercados de Altadis en la península.
A la fiesta no faltaron break dancers, artistas urbanos que hacían grafitis sobre los conceptos de la empresa, un animado concierto a cargo de Tina y los Turners y una DJ session sobre un gran andamio donde se insertaban pantallas leds gigantes.
Solidaridad a ritmo de metro
La segunda jornada se reservó para la actividad de teambuilding, que volvió a llevar a los participantes al metro de Madrid. Se trataba de una gymkana en la que los 400 asistentes, divididos en grupos, tenían que grabar sonidos del metro y de distintos artistas callejeros que estaban distribuidos por toda la red. Los kilómetros que todos los grupos hicieron dentro del suburbano se convirtieron en kilos de alimentos que se donaron al Banco de Alimentos de Madrid. Con los sonidos grabados por todos los equipos, el conocido compositor Juan Zelada, compuso un tema que se subirá a distintas plataformas digitales para su venta y todo lo recaudado se destinará a una entidad de ayuda a músicos callejeros.