A Argentina de incentivo, ida y vuelta con una sonrisa
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Para lograrlo, la agencia combinó las típicas actividades de incentivos con ciertos toques de creatividad. Así lograron que los ganadores del programa Choco Rewards vivieran durante 8 días el destino de lleno.
Por ejemplo, durante la cena de bienvenida, que se celebró en un espacio con cena y show de tango, los distribuidores recibieron accesorios tangueros para vestir. Las mujeres los clásicos pañuelos rojos y los hombres esos sombreros negros. La puesta en escena no terminó ahí…
Cuando bajaron al lobby del hotel se encontraron con una flota de 15 coches antiguos, que los esperaban para trasladarlos hasta el lugar de la cena. Entre los vehículos elegidos se encontraban joyas como un Ford A de 1931, un Sunbeam talbot descapotable del `54 o un Chrysler Desoto descapotable de 1951.
No faltó el city tour por la ciudad porteña. Para continuar con el hilo de actividades originales, se los separó en grupos. En cada parada que realizaban durante el paseo debían descifrar y contestar consignas relacionadas con el lugar que visitaban… la Plaza de Mayo, el Caminito, el Estadio de Boca Juniors, el Cementerio de la Recoleta. El equipo ganador recibió un set de vinos argentinos.
Dentro del abanico de actividades estuvo una visita a una estancia, y disfrutar de la comida regional, además de aprender a cocinar alguna que otra receta del lugar. Y como el sentido era sumergirse en el destino, para no desentonar con el campo los participantes se vistieron de gauchos. Ellos con boinas y pañuelos, y las mujeres con faldas largas y pelucas con trenzas.
Para terminar de complementar el paisaje argentino viajaron un poco más al sur, hasta El Calafate donde, además de navegar entre los inmensos glaciares, pudieron recorrerlos a pie. Cada uno recibió el equipo necesario y una pequeña explicación de cómo caminar sobre el hielo. Luego de la caminata, los viajeros brindaron con whisky enfriado con hielo del glaciar y alfajores (un dulce argentino).