3 ejemplos de éxito de activaciones de marcas en festivales
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El primer premio se lo lleva el transfer (con singalone incluido) del festival Ruisrock. La empresa de energía renovable Fortum quería estar presente en el festival finés de Ruisrock y mostrar que uno se puede desplazar de forma ecológica y limpia. Para ello se encargaron del servicio de shuttle con coches eléctricos desde el centro de la ciudad al recinto del festival. Solo había una condición para poder coger este transfer: cantar a grito pelado durante todo el trayecto. Todos quisieron desplazarse en modo singalone al concierto, echarse unas risas en el traslado e ir calentando las cuerdas vocales para ir coreando las canciones de sus artistas favoritos. La clave del éxito: una acción que aporte valor al target (el traslado gratis al festival) y se integre en la dinámica del evento (¿quién no tiene ganas de catar, cantar y cantar cuando va de festival?).
IKEA y sus famosas albóndigas se van de festival. Sentirse como en casa o como en una de las tiendas fue lo que quiso llevar la cadena sueca al experimental festival HAVEN. Una cita con la música y la cultura cervecera en una suerte de festival gastro aderezado de un line-up internacional de primera. En este contexto IKEA montó un espacio propio donde los asistentes podían relajarse en una zona de hamacas y degustar las conocidas albóndigas de la marca gracias a showcooking en vivo. El brand space incluía una zona para la experimentación con la música en el IKEALab, otra para innovar con técnicas culinarias, el IKEAFoodLab donde los asistentes, por ejemplo, podían probar a cocinar al vacío, probar nuevas técnicas y sabores. Todo esto disfrutando de la música.
Una experiencia gastronómica ‘priceless’ en el festival polaco Open’er. Comer bien en un festival no tiene precio, y para todo lo demás Mastercard. Así que la marca de tarjetas no dudó en montar el Mastercard Music Bistro Bar, un restaurante pop-up para 150 comensales durante las noches que duró el festival. El chef polaco Mateusz Gessler estuvo al frente de este restaurante que ofrecía cada noche un menú de tres platos y ambiente de copas y DJ una vez acabado las actuaciones principales del festival. Mediante la app del festival se podía reservar y utilizar el sistema cashless de pago que ofrecía Mastercard en todos los servicios de restauración del festival.