Un director creativo no quiere salir de la caja

Edmundo de los Ciervos, director creativo de la agencia Limón Marketing, ha decidido desistir. “Yo me quedo en la puta caja, ¿que no veis que no hay nada fuera, que estamos tan bien aquí?”. Tras un ritmo trepidante (hasta 12 brainstormings semanales realizados en la sala cuya pared reza “think out of the box”, con post-its, paredes de color, un puf FatBoy, un futbolín y un retrato de Jimi Hendricks), ha decidido dejar de perseguir este santo Grial de la creatividad. “Aquí me quedo, compañeros”, añadió, antes de proponer como idea rompedora para la convención de su cliente, el hecho de organizar unos juegos olímpicos y, como alternativa, un paintball. “Sé que el paintball es una actividad absurda cuando todas las empresas hablan del medio ambiente y de la colaboración, pero qué quieres que te diga: siempre funciona”.

“¿No veis que el grupo de alemanes que viene a España, lo que quiere es el paseo en Segway por la playa?”, pregunto visiblemente enojado. “¿Por qué reinventar lo que funciona? Hace 2.000 años que comemos jamón, ¿tenemos que dejarlo?”, dijo, con un sentido común difícil de negar.

Edmundo ha revisado todo el proceso creativo de la empresa, organizando en bases de datos los eventos y acciones de comunicación que ha hecho en la última década, por tipos de grupos, de objetivos, de sector de actividad. Nos explica su funcionamiento. “Dame un objetivo. A ver… ‘¿Transmitir que el equipo del cliente tiene que cambiar hábitos y romper moldes?’ Vale… Miro en mis fichas… y aquí está: un muro en pladur, que los asistentes tienen que tirar con un martillo gigante. ¡Toma ya! 4 segundos para tener algo que hemos hecho ya, y que funciona. ¿Por qué tendríamos que montar otro brainstorming donde la gente se rasca el coco 2 horas, evitando decir a sus compañeros la verdad, que es que sus ideas son malísimas, en un clima tenso de guerra fría donde se evita la destrucción mutua? Esto es la sostenibilidad absoluta”.

Edmundo fue obviamente excluido en seguida de la asociación de directores creativos de España. Como venganza, les preguntó “¿Cómo podemos pretender ser creativos si nos pasamos todo el día repitiendo “pensar fuera de la caja”, la expresión más repetida en nuestro sector, para hablar de reinventarnos?” Luego se fue, tras pasar debajo del logo de la asociación (que representa la forma estilizada de una bombilla, fruto de un brainstorming doloroso hace 12 años). Mal día para la creatividad española…