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Toma nota de este impresionante ejercicio de transparencia

Toma nota de este impresionante ejercicio de transparencia

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Eric Mottard
La cultura, nueva mina de oro de experiencias   ¿Cuánto pesa nuestra industria?   Los organizadores se mantienen optimistas para el 2025 pero piden más flexibilidad
Si la comunicación corporativa se ha resumido casi siempre a algo tipo “somos perfectos” (algo que se podría decir de la comunicación política también), vemos en los últimos años que el hecho de ser más auténtico, real, de confesar fallos, de pedir perdón, ha sido un cambio bienvenido. Parece que las empresas se dan cuenta de que la opinión pública y los consumidores no son tontos, y saben que nadie es perfecto. El hecho de que una empresa confiese sus fallos, incluso que los saque a la luz, es algo no solo aceptable, sino positivo. Te traemos un ejemplo impresionante (y exitoso) en este campo: el del gigante minero Rio Tinto. ¿Tiene que ver esto con los eventos? Absolutamente. Primero porque formas parte del mundo de la comunicación. Segundo, porque tus eventos podrían ser el mejor sitio en el cual se aplicará esta comunicación más abierta a la crítica constructiva, más honesta, más orientada a la búsqueda conjunta de soluciones. Eric Mottard

Rio Tinto es un monstruo del sector minero con una facturación de 58.000 millones de dólares anuales. Una empresa muy “macho alpha”, que tiene su origen en Australia, tierra de difícil convivencia con los aborígenes y de racismo frecuente, y para colmo, una empresa donde el trabajo se realiza a menudo en sitios muy remotos. Resultado de este cóctel: los problemas de racismo, de sexismo, de acoso sexual, además de acoso laboral, pueden llegar fácilmente. Entonces ¿qué hacer? ¿Barrer bajo la alfombra o sacar los problemas a la luz? La empresa ha tomado la segunda solución de forma casi extrema: pidiendo una auditoria externa y publicando sus conclusiones aunque fueran demoledoras, tan serias que cualquier empresa habría decidido enterrar el informe e intentar solucionar los problemas de la forma más discreta posible.

Si quieres ver lo que es un ejercicio magistral de transparencia, lee esto. Publican por ejemplo que el “acoso y sexismo son sistémicos en los sitios de trabajo, con más de la mitad de la gente habiendo experimentado acoso, el 28% de las mujeres sufriéndolo,  y un racismo común en varias áreas de la empresa”. En fin, tanta auto flagelación que tienes ganas de decirles “pero no, no sois tan malos”… Obviamente, el informe viene con una serie de peticiones de disculpas y sobre todo de compromisos de los directivos de la empresa. Y parece que la transparencia funciona: la mitad de los empleados de la empresa confían que la empresa hará lo necesario para solucionar estos problemas. Problemas que todos sabían y que, hasta esta transparencia, veían como algo sistémico y absolutamente aceptado por la empresa.

Obviamente es un ejercicio delicado, que saca a la luz unos problemas que pueden alejar a posibles candidat@s. También es peligroso porque si la empresa no actúa, las consecuencias en la opinión podrían ser incluso más graves. Pero sacar a la luz los problemas transmite que la empresa no silenciará ni castigará a los empleados que comentan estos problemas si vuelven a pasar, y ya no aceptará estos comportamientos. Pone presión a toda la empresa para ser ejemplar. Y sobre todo, es probablemente un ejercicio de RRPP espectacular. Cuando alguien se adelanta, y dice “he mirado mi casa, hay cosas que no son aceptables, las voy a mejorar”, solo puedes apreciar este gesto y fiarte más que antes de esta empresa. ¿Quizás los políticos podrían escuchar? Obama lo ha aplicado, por ejemplo con su famoso “I screwed up” pero no recuerdo escuchar algo comparable en 24 años en España.

¿En tus eventos? Este año sabes que tocarán eventos muy orientados a la conversación, a la búsqueda del sentido de lo que hacemos, más que a la pura ambición del macho alpha, al apoyo psicológico de una plantilla cansada, al propósito, la búsqueda de inclusión. Temas que idealmente se comentarán de forma honesta, abierta, constructiva. Algo complicado de hacer en el marco del trabajo diario pero… ¿tu próximo evento puede incluir un ejercicio de autocrítica, de diálogo sobre lo que tenemos que mejorar a nivel humano, social, relacional? Creo que vale la pena.

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