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Sobre los mares de dunas: en 4×4 por el desierto
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Ya sea en Marruecos, Egipto, Dubai, Arizona, Jordania o Australia, la fascinación que ejerce el desierto no tiene comparación. Si le sumamos la aventura de conducir en 4x4 por las dunas, tenemos un cóctel ganador. Neus Duran
Los desiertos ofrecen varias ventajas, la más obvia es que su clima permite organizar un evento exterior en cualquier época del año. Además, las posibilidades de alojamiento son variadas y adaptables al presupuesto: desde jaimas hasta casas de barro u hoteles de lujo. Y pese a que algunos están solo a un par de horas de avión, nos trasladan a un mundo de exotismo total.
Por último, la naturaleza extrema los hace ideales para team buildings, como nos detallan algunos de los expertos en este tema. Para Xavier Theys, de Rock the desert: «Aquí el hombre es solo un grano de arena más. El desierto ayuda a conocerse a uno mismo, algo que cambia las relaciones entre los participantes y su motivación en el día a día… cuando has vivido una experiencia en el desierto nada vuelve a ser lo mismo».
Un, dos, tres… empieza la aventura
Si estás pensando en organizar un incentivo en 4×4 por el desierto, ten claros tres puntos. Primero, si quieres que los clientes sean meros pasajeros que disfruten del paisaje, o bien conduzcan; segundo, si quieres que la ruta en 4×4 sea todo el incentivo o solo parte de él; y tercero, el destino. Aunque la opción más a mano es optar por el cercano y espectacular Sáhara, hay muchas otras opciones: desde el desierto de Gobi, en Mongolia y China, al Namib en Namibia, el Victoria en Australia, el desierto Arábigo o el Desierto Sonora en el sur de Estados Unidos y norte de México, sin olvidar el Norte de la India.
Si prescindimos de la ventaja de la cercanía que nos da el Sáhara en pos de algo más lejano, lo lógico será aprovechar para combinar la ruta con visitas a atractivos ineludibles como Las Vegas, los palacios del Rajastán o el Ayer´s Rock y hacer que la ruta 4×4 sea solo una parte del incentivo.
Cursos de conducción off-road
Hacer que el cliente conduzca supone mucha más complicación para el organizador, pero el resultado también suele ser muy satisfactorio para el participante, al que se sumerge de lleno en la aventura. Conduce-T apuesta por esta opción, por lo que sus incentivos siempre comienzan con cursos sobre los todo terreno, la superación de obstáculos, la conducción sobre dunas, técnicas de rescate de vehículos y ¿por qué no? cursos de respeto al medio ambiente.
