Render, el aliado imprescindible para los eventos (Parte II)

Lo prometido es deuda, aquí volvemos para seguir hablando sobre el render; una herramienta fundamental para nuestro sector. Tal y como pudiste comprobar no solo sirven para enamorar y persuadir a un cliente sobre una propuesta escenográfica, sino que se tienen una doble funcionalidad y la más importante es a nivel interno. Los renders permiten a los profesionales saber si una propuesta es viable técnicamente, algo totalmente imprescindible para la ejecución de cualquier evento. Aparte, también sirven para plantear posibles opciones; muchas veces el cliente no tiene claro qué quiere hacer y los renders le permiten visualizar de una manera realista cuáles podrían ser los resultados. Los últimos dos años, los eventos online nos han permitido seguir con nuestra actividad pese a las restricciones, teniendo en cuenta este escenario la pregunta es ¿siguen teniendo sentido los renders para este tipo de eventos?

Hiperrealismo e inmersión

José María de Diego, desarrollo de negocio en Hi-End, lo tiene claro, “un evento online sigue teniendo las mismas necesidades que uno presencial. Cambia el tratamiento, pero los objetivos son los mismos, transmitir unos valores y mensajes”. En este sentido, Ferdy Esparza, responsable del departamento de 3D en Dushow Spain añade que realizar un render para un evento virtual incluso conlleva más trabajo. “En un render para un evento presencial hay detalles que puedes obviar, pero en el evento virtual el entorno tiene que ser hiper detallista”, explica. Como ya dije, hace años que el hiperrealismo se puede conseguir en los renders con softwares tipo Blender, Cinema4D, Maya o 3DsMax, junto con plugins como VRay, Corona Render, Octane, etc… La ventaja que presenta Unreal frente a este tipo de softwares es la “optimización de tiempo” a la hora de conseguir el render, pero, sobre todo el gran beneficio es que permite trabajar en tiempo real.

Viendo el potencial de los eventos digitales, en Hi-End se construyeron un plató para poder realizar in situ este tipo de eventos. Además, José María nos hace ver que los renders que se preparan para que el cliente pueda hacerse una idea del resultado pueden reutilizarse y sacarles el máximo partido utilizándolos como “decorados” en los que añadir a la gente. Ellos lo hacen a través de un sistema de tracking de cámaras y usando Unreal Engine. En este caso, según él, los eventos online han venido para quedarse, aunque afirma que “los presenciales seguirán porque a todos nos gustan, pero el virtual está allí porque tiene muchas posibilidades; la cosa es que hay que hacerlo especialmente bien y bajarlo a un grado de profesionalización importante”.

… y llega la realidad virtual

La realidad virtual es una poderosa aliada, no solo como una experiencia que ofrecer dentro de los eventos, sino como otra herramienta para que el cliente vea y viva en primera persona y de manera inmersiva lo que estamos creando para él. Se trata de una perspectiva muy atractiva que tiene sus luces y sombras. Tal y como nos comenta Marina Calabuig, cofundadora de Dushow Spain, abre un mundo de posibilidades como por ejemplo a la hora de trabajar con un cliente internacional que tiene su sede en la China, pero va a realizar su evento en Barcelona. Gracias a la realidad virtual se podrán hacer visitas técnicas sin necesidad de presencialidad, “le darás unas gafas de VR y podrá pasearse por el venue e incluso podrá ver el montaje que ha planteado”, explica Marina. Aun así, es consciente que “todavía no estamos preparados al 100%, pero creo que ese será el futuro”.

Su compañero Ferdy coincide con ella y nos cuenta que la realidad virtual tiene muchos hándicaps a nivel tecnológico y de costes, pero sobre todo en relación a la persona que lo va a utilizar. Algo tan anodino como llevar gafas puede ser un obstáculo, ya que no se pueden poner las gafas de VR encima y a día de hoy, plantear una experiencia de este tipo para que un grupo grande de personas (ya sean 15, 25 o 50) lo experimente al mismo tiempo, “es complicado” afirma. A nivel técnico hay un hándicap con la señal de emisión de las imágenes, porque la óptima para la VR es de 120 FPS (frames/seg.) dado que es una pantalla que tienes pegada a los ojos. Según nos explica Ferdy, si se baja de los 100 o 90 FPS se pueden dar problemas de flickeo y eso se traduce en mareos y dolores de cabeza, entre otros problemas. Esto nos hace ver, “lo exigente que es aún esta tecnología y eso tiene sus complicaciones a la hora de hacerlo funcional”, comenta Ferdy.

Otro aspecto a tener en cuenta (tanto cuando hablamos de renders como de realidad virtual) es que preparar un proyecto así vale dinero. Puede parecer una obviedad, pero el tema de pagar la creatividad es “un problema que llevamos arrastrando desde el comienzo de los tiempos”, afirma José María. Hacer una recreación del Madrid Arena por dentro con movimientos de cámara implica una serie de jornadas de dos o tres personas en un estudio gráfico y eso se debe racionalizar, “y racionalizarlo no es más que pagarlo”.

Zapatero a sus zapatos

¿Qué quiero decir? Si quieres presentar un proyecto que incluya renders, genial, pero debes asegurarte que sirvan para algo más que para ilustrar una idea. Tal y como explica José María, un buen profesional debe tener una solvencia técnica absoluta a la hora de diseñar escenografías para eventos porque si no, pueden aparecer problemas, como que se requiera más tiempo de montaje que el planteado, que se necesite un presupuesto mayor o que directamente no se pueda hacer. Marina está de acuerdo con él y añade que, “es importante que los renders estén hechos por una empresa de audiovisuales sobre todo para que técnicamente se contemplen estos datos y que no solo se haga un diseño bonito para venderlo”.

Como ya dije en el primer artículo, los renders facilitan la comunicación y el entendimiento de los presupuestos que a veces puede parecer que estén escritos en chino. Al final se trata de hablar el mismo idioma y, en ese sentido, José María afirma “yo sí hablo chino y francés; entiendo a la perfección lo que la empresa pide y sé traducírselo a los proveedores”, además empresas como Hi-End y Dushow son capaces de plasmar el concepto creativo y los valores que el cliente quiere en un lenguaje escenográfico.