¿Qué significa la responsabilidad en el momento actual?
Compartir noticia
Escuchar
Para esto, tomamos dos ejemplos ficticios.
La empresa A deja a toda su plantilla en teletrabajo hasta final de año. Cancela todos sus encuentros y eventos hasta final de año, por lo menos. La empresa A clama en todas sus comunicaciones que la salud de sus empleados es su máxima prioridad, que está aquí para cuidarles y protegerles. Que es extremadamente responsable.
La empresa B combina teletrabajo con una vuelta a la oficina, aplicando protocolos. Incluso anima (sin forzar) a sus empleados a volver a la oficina de vez en cuando, a ver a sus compañeros, a vivir el entorno profesional… Planifica pequeños eventos para julio, con mucha prudencia y protocolos, que irán creciendo pasado verano en eventos un poco más grandes.
¿Cuál de las dos eliges? La A te vende que es más responsable. Cuanta más protección, mejor. ¿Pero es así? Alguna empresa A a veces delata sus objetivos reales diciéndote “sé que los empleados, el fin de semana, hacen cosas mucho más peligrosas que lo que puede ser la oficina o un evento, pero simplemente no quiero tener mi nombre relacionado con un problema de salud”. ¿Esta “responsabilidad” no es más una preocupación de RRPP?
No sé si “no quiero problemas” es la actitud más responsable estos días. El discurso “protejo la salud” es fácil y está muy claro. Pero pensemos: ¿lo más responsable es cortar todo?… o es tener el valor y hacer el esfuerzo de participar en la reactivación? No a lo loco, claro. Con protocolos, medidas, control, pero empezar a caminar. Y cualquiera que ha vuelto al despacho o ha ido a un evento como he tenido la suerte de hacer entiende que son dos entornos que pueden ser extremadamente seguros. Y que casi tenemos una responsabilidad de ayudar a reavivar de forma segura.
Personalmente, no tengo dudas. Es más exigente el planteamiento B (supone definir e implementar protocolos, supone aceptar que puede pasar algo y hacer todo lo necesario para evitarlo y controlarlo) pero es también más responsable porque ayuda a volver a cierta actividad, a mantener empleos que necesitaremos – y mucho – en los próximos meses, ayuda a mantener conexiones humanas que también necesitamos. Y significa jugar un papel en definir el tipo de vida que podemos vivir con este maldito virus, más que decir “me retiro”. Una empresa tiene un papel de impulsión económica. Además no se trata de tomar riesgos a la ligera: estamos viendo que esta vuelta a los eventos y al trabajo puede hacerse con muchas medidas que los profesionales sí siguen. Un marco profesional es muchísimo más seguro que lo que vivimos casi en todas las otras esferas de nuestras vidas.
Finalmente, ¿no hay una paradoja en querer que vuelva la economía (o los eventos) y dejar a toda su plantilla en casa? Si creemos en el face to face, si pensamos que la cultura de empresa requiere momentos compartidos (en eventos o en la oficina), y si queremos que se reactive (con prudencia) cierta actividad de eventos, ¿no tendríamos que ser los primeros en empezar a caminar, a vernos, a ir a la oficina de vez en cuando? Me parece muy complicado argumentar que las empresas tienen que organizar eventos pero tener sus oficinas cerradas.
Tenemos que empezar a caminar todos, en serio. Es lo responsable.