Qué hacer para que los más tímidos participen en tus reuniones
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Intégralos en grupos pequeños. En lugar de formar equipos de 10 o 12 personas, intenta que sean de menor tamaño, alrededor de 3-5 personas o que puedan desarrollarse dinámicas para que trabajen en parejas. Así cogen confianza lanzándose a hablar con el compañero y harán la transición a hablar al resto de compañeros más fácilmente.
Cuidado con las miradas indiscretas o al menos cuida dónde ubicas la reunión. Evita espacios transitados, cercanos a otros grupos donde se puedan sentir observados. Una sala con demasiados estímulos puede interferir en el pensar relajado que disfruta un tímido y hacer que no darán lo mejor de sí. Un espacio tranquilo, donde no deban levantar la voz y más bien recogido de otras personas ajenas al grupo, les hará dejar su timidez a un lado.
¿Y para romper el hielo? Un buen punto de arranque, antes de tener un aluvión de ideas inspiradoras, es pedir al grupo que escriban en un papel aquello que creen que se debería mejorar, una breve reflexión del tema a tratar, o que pongan un tema sobre el que les gustaría hablar o ampliar información. Aunque el escribirlo no hace que las respuestas sean confidenciales, que todos deban hacer los mismo y que lo tengan que concretar en una o dos palabras, es un buen punto de partida para que participen y no se queden callados ante la verborrea de las intervenciones de los más extrovertidos.
Networking sí, pero no speed networking. Los tímidos no son seres asociales que huyen del contacto humano como vampiros de la luz del sol, pero sí que la presión de conseguir tarjetas o presentarse superficialmente a un desconocido no es el formato más adecuado. Las personas tímidas suelen ser reflexivas y necesitan establecer más conexión y recabar más información de la otra persona para interactuar de una forma satisfactoria.
Una buena sesión de networking para tímidos puede consistir en encuentros de unos 10-15 minutos en la que se deba responder a preguntas relacionadas con sus aficiones, actividades o temas que les apasionen, una última afición en la que se están iniciando, etc. Una forma de acercarse a la otra persona, favoreciendo que pueda haber puntos en común o despertando el interés del otro con la seguridad de empezar hablando de un tema que conocen.